Anuncian la creación de "ContraNarrativas"
De acuerdo a sus fundadoras, consiste en una Observatoría ciudadana de Derechos Culturales y estudios de género.
Proyectos de esta índole le hacen muchas falta a Guerrero. Destaca por vigilar los Derechos Culturales y estudios de género. El último mes, el estado ha estado en el ojo del huracán por practicas de usos y costumbres que siguen muy arraigados en municipios considerados como de los más pobres en el país de acuerdo a la Coneval.
Es mucho por el trabajo el que le espera a este proyecto. Es por eso que es necesario conocerlo.
¿Qué es ContraNarrativas?
Escribimos desde la libertad de no mantener compromisos políticos con ninguno de los partidos o poderes en turno, con la dignidad de no haber usado nuestros espacios colectivos para negociar puestos de poder político y económico. Tenemos claro que con la necesidad de una vida digna y trabajo remunerado no se lucra, también escribimos con la seguridad de poder encarar nuestras ideas. Estamos convencidas de que no permitiremos que desde la función pública o desde ningún otro espacio se vuelva a perpetuar la violencia de género. Sabemos que los encargos públicos se conceden desde la ciudadanía y se ejecutan con los recursos públicos de todas las personas que pagamos impuestos y por eso ejercemos nuestro derecho desde aquí.
¿Cuál es su propuesta?
En la presente proponemos una ContraNarrativa sobre las experiencias de violencia de género que suceden no sólo en los espacios públicos sino también en los privados. Buscamos generar un debate sobre la poca disposición de la sociedad para dejar de normalizar prácticas de violencia en todas las modalidades. Si bien es cierto que el problema sistemático recae en la sociedad en su conjunto, no podemos hacer caso omiso a los índices de violencia por razones de género que son delicados en nuestro país. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en su informe de enero a agosto de 2021 señala que los delitos relativos a violencia contra las mujeres son los de mayor incidencia teniendo un registro total de casos de usuarias de 72, 135; seguido por los correspondientes a delitos patrimoniales, lo anterior muestra una brecha puntual del sesgo en la incidencia delictiva sobre las mujeres, además de que el informe nos pemite conocer la magnitud, tendencia y ubicación geográfica de las conductas.
¿Tendrán estudios de género?
Los roles de género a partir del estereotipo del deber ser nos imponen, según el sexo con el que hayamos nacido, una forma de conducirnos, hacer y decidir en sociedad. Ha quedado demostrado que esto es arcaico. Sin embargo, y pese a la gran discusión sobre la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, todavía es posible percibir la falacia de la supuesta neutralidad en el trato social. La diferencia sigue siendo motivo para la desigualdad, el cuerpo de las mujeres sigue siendo agredido en todos los estratos.
¿Por qué formar este evento en este momento?
La generación a la que pertenecemos ha ido moldeando otras creencias y construyendo nuevas formas de habitar en comunidad sin que los estereotipos o prejuicios juzguen desde la hegemonía masculina el actuar de las mujeres como sujetas políticas. A pesar de esto, es evidente la resistencia a cambiar las formas de proceder. Es así que nos encontramos con opiniones masculinas, donde no hay ningún tipo de cuidado al emitir juicios sobre el trabajo de las mujeres, se les acusa de no contar con la trayectoria suficiente para ejercer puestos de poder político. En esto se centra la crítica. Es importante recalcar que la presente no es una defensa particular hacia alguna persona, sino un debate abierto sobre los distintos hechos que se han presentado de forma histórica para calificar o señalar el trabajo de las mujeres, disfrazando la crítica misógina de una supuesta libertad de expresión, en espacios donde lo políticamente correcto impera, pero no es más que la prueba de la insistencia por seguir normalizando prácticas machistas.
Se nos exige ostentar “méritos”, como si esa palabra fuera pertinente para hablar sobre la capacidad de agencia e incidencia en la comunidad. Es muy delicado pluralizar un juicio, sobre todo cuando este proviene de la poca o nula experiencia en el trabajo de campo. Idealmente, la investigación académica en torno a la gestión cultural no debería pretender normativizar las acciones que se emprenden para resolver problemáticas y necesidades culturales, sino más bien aspirar a la posibilidad de describir, documentar, formalizar y sistematizar dichas acciones para proponer la formalización del gremio a través de metodologías y propuestas viables. La crítica vacía que busca denostar el trabajo de agentes culturales no es la mejor manera de promover el diálogo y el trabajo conjunto entre ciudadanía e institución, es un ruido sordo que no pretende la interlocución.
Pero, ¿por qué se le permite a los hombres reproducir toda clase de comentarios sin detenerse a reflexionar sobre sus prácticas violentas a partir de sus juicios de valor?, ¿Qué les permite violentar a una o más mujeres, con sus hechos, palabras sin consecuencia alguna?, el respaldo del pacto patriarcal entre ellos, y la sociedad que normalizar, porque los hombres siempre tienen segundas oportunidades, siempre está la venia social que les permite el error, y el aplauso si ejercen responsablemente sus obligaciones. La novedad por las nuevas masculinidades los centra a ellos como nuevos aliados de este camino, se les aplaude que modifiquen sus roles de género, resaltando hasta el extremo su responsabilidad como padres, como hijos, como pareja, como ciudadanos, como si eso les quitara la larga lista de violencia ejercida hacia otras mujeres, antes de que hubieran decidido que las nuevas masculinidades borraran su historial de machismo y agresión. Hay muchos vicios relativamente fáciles de abandonar, menos el de la misoginia. Hacernos cargo de nuestras palabras, de nuestros hechos sin importar el género, abona más a la construcción de sociedades igualitarias, reconocerlo es un paso para la justicia restaurativa y la reparación del daño.
Si hoy escribimos este texto es porque consideramos necesario centrar una ContraNarrativa a los medios hegemónicos que se enuncian para calificar, señalar y desdeñar el trabajo que hacemos las mujeres no sólo desde los espacios públicos, si no también privados. Nuestra ContraNarrativa no es es una defensa exclusiva a quienes prestan un servicio al estado, sino a las mujeres en sí como sujetas de derechos, y lo hacemos desde la reflexión y la autocrítica. Como sociedad tenemos muchas cosas que señalar a las instituciones y al estado, la diferencia es desde qué juicios de valor lo hacemos y cómo eso atraviesa a las mujeres como sujetas de derecho, ojala que la crítica estuviera presente en todo momento, sin importar los beneficios o las relaciones familiares y de amistad que nos vinculen con las personas que llegan a ocupar esos espacios. Somos trabajadoras de la cultura, docentes y activistas por los derechos humanos de las mujeres. Creemos y soñamos con una vida digna y libre de violencia.
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Hacemos una invitación para abrir el debate de los derechos humanos en un estado como Guerrero que tiene alerta de género en 8 municipios y una Agenda pendiente en materia de género que hoy visualizamos interdependiente, indivisible, progresiva y universal junto a la de los derechos culturales y al resto de los derechos humanos. La ContraNarrativa se centra en abrir el debate para transformar la manera en la que las mujeres nos relacionamos con el poder. No admitimos que se siga criticando a las mujeres que desde esos espacios, ejercen su profesión y oficio en el desempeño de su vida.
Lo que la sociedad debe recordar es que los espacios públicos también son nuestros, y aunque los derechos políticos a las mujeres nos hayan comenzado a caer a cuenta gotas, los que tenemos son producto del debate de las ideas, de la lucha y resistencia histórica que todas, desde diferentes etapas, hemos llevado para el bienestar de la vida comunitaria. Vamos a asumir nuestros derechos y los ejerceremos. Reconociendo que el proyecto de la creación de las instituciones culturales surge en las misiones culturales que las maestras realizaron en todo el país durante la gestión vasconcelista. En este 2021 se conmemoran los 100 años de la Secretaría de Educación Pública, un espacio que fue posible por la labor de las y los maestros, fuera de centrar las celebraciones únicamente en José Vasconcelos y Justo Sierra, están las maestras que recorrieron este país desde los tiempos convulsos de la revolución. Recordemos a Elisa Acuña y Rosetti, Dolores Jiménez y Muro, Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, Elodia Campuzano, y María Andrea Villarreal. Cuando se declaró que ellas habían comenzado la lucha emancipatoria, se dijo también que ya vendrían otras a continuarla. Nosotras estamos aquí confirmando sus palabras.
Somos maestras, activistas, creadoras, trabajadoras de la cultura, abogadas, mujeres que hemos aprendido a dialogar con los contextos frente a la violencia feminicida. Queda aquí la primera de muchas series de debate, en esta tesitura nace ContraNarrativa, un espacio abierto y plural a la suma de más voces, nuestra observatoria ciudadana de derechos culturales y estudios de género en Guerrero.
Estamos convencidas de que no permitiremos que desde la función pública o desde ningún otro espacio se vuelva a perpetuar la violencia de género. En este contexto creamos #ContraNarrativas, la invitación queda abierta compañeras, este es un espacio plural a la espera de más voces, nuestra Observatoria ciudadana de Derechos Culturales y estudios de género
Analí Lagunas Díaz | Adriana Ventura | Yelitza Ruiz
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Ilustración: Adriana Ventura.