Bernal, Querétaro: El nuevo Valle de Guadalupe en el corazón del Bajío

Cada vez más personas desean no solo visitar viñedos, sino también vivir dentro de ellos,
En los últimos años, el mapa vinícola de México ha comenzado a redibujarse. Aunque el Valle de Guadalupe en Baja California ha sido durante décadas la joya del enoturismo nacional, una nueva región está ganando protagonismo y atrayendo tanto a amantes del vino como a inversionistas visionarios: la zona de viñedos de Bernal, Querétaro.
Ubicado a tan solo dos horas y media de la Ciudad de México y a una hora de Querétaro capital, este enclave privilegiado en el corazón del Bajío ofrece condiciones naturales excepcionales para la producción de vino: altitudes superiores a los 2,000 metros sobre el nivel del mar, una marcada diferencia térmica entre el día y la noche, suelos arcillosos y un clima semidesértico ideal para cepas como syrah, tempranillo y sauvignon blanc. Estos factores han convertido a la región en una zona vinícola emergente de clase mundial, donde cada vez más casas productoras encuentran un terroir único para crear vinos de carácter y personalidad.
El auge del enoturismo en Querétaro ha sido acompañado por una tendencia en alza: la búsqueda de un estilo de vida vinculado al vino, la naturaleza y el bienestar. Cada vez más personas desean no solo visitar viñedos, sino también vivir dentro de ellos, rodearse de paisajes inspiradores y disfrutar de amenidades diseñadas para una vida plena y sofisticada.
Es en este contexto donde nace Zänä Valle de Bernal, un desarrollo residencial único que conjuga arquitectura contemporánea, sostenibilidad y cultura vinícola. Este nuevo proyecto albergará a Viñedos K’ando, una propuesta innovadora donde el buen vino será el eje de una comunidad vibrante. El desarrollo ofrecerá lotes residenciales premium, ideales para construir casas de descanso o residencias permanentes, rodeadas de viñedos, arte y naturaleza.
Además, Zänä incluirá un restaurante campestre, una cava exclusiva, un anfiteatro para eventos culturales, espacios para celebraciones sociales, una zona comercial, un hotel boutique y otras amenidades diseñadas para que los residentes y visitantes vivan experiencias auténticas en un entorno inspirador.
Así, Bernal no solo se reafirma como un destino turístico con encanto colonial y espiritual, sino también como el nuevo epicentro del vino y el buen vivir en México. La fusión entre tradición, paisaje y modernidad está dando forma a una comunidad que mira al futuro sin olvidar sus raíces. Una nueva generación de amantes del vino, del arte y de la vida consciente está encontrando en esta tierra su lugar ideal.
Foto: Especial.