Capacitación Laboral: ¿Estás otorgando o recibiendo la adecuada?
Más que una obligación patronal, la capacitación laboral es una herramienta de mejora organizacional y personal. Implementarla adecuadamente requiere compromiso, constancia y visión por parte de los miembros de la empresa, explica Experta CETYS.
Algunos directivos y gerentes empresariales consideran a la capacitación laboral como una obligación patronal más y, en ocasiones, como un gasto innecesario.
La realidad es que la capacitación es un proceso que trae múltiples beneficios tanto a la empresa como al trabajador; por ejemplo, mejora de la productividad, buen ambiente laboral, reducción de costos, disminución de accidentes de trabajo, proporciona un sentido de pertenencia, da autonomía y seguridad al empleado, entre otros.
Sin embargo, para que cumpla esta función, la capacitación debe cubrir cuatro etapas primordiales, indicó la Mtra. María Luisa López Rodríguez, docente de Licenciaturas Ejecutivas en CETYS Universidad Campus Mexicali.
“La capacitación consta de cuatro etapas principalmente: detección de necesidades de capacitación, planeación del programa de capacitación para atender dichas necesidades, implementación del programa y evaluación de resultados. Cuando falla alguna de estas etapas la capacitación deja de ser un proceso y se pierden los beneficios que se desean obtener”.
1.Planeación: La capacitación implica una planeación detallada por parte de la organización y la responsabilidad de cada una de sus partes: recursos humanos, gerentes, supervisores, empleados.
2.Definición de objetivos: Se debe definir claramente qué se espera y/o desea obtener tras la capacitación.
3.Organización sistemática: El rol de cada uno de los elementos que intervienen en el plan de capacitación está bien definido y todos cumplen una función.
4.Análisis del costo-beneficio. La capacitación debe verse como una inversión, por lo cual debe estimarse con claridad la ganancia que se obtendrá con esta herramienta.
Así, la capacitación es un proceso educativo planeado, aplicado de manera sistemática y organizada, por medio del cual las personas adquieren conocimientos y desarrollan habilidades y competencias en función de objetivos definidos.
El desarrollo de habilidades es pieza clave en este proceso, pues los conocimientos se adquieren fácilmente, sin embargo, las habilidades implican un mayor esfuerzo. Por eso, es fundamental que exista un compromiso de la organización por fomentar que sus empleados desarrollen las habilidades necesarias para enfrentar los retos internos y externos.
Las empresas enfrentan entornos cada vez más complejos, a los cuales difícilmente podrán adaptarse si sus empleados no están capacitándose constantemente. La organización de hoy requiere colaboradores que desarrollen competencias para el aprendizaje contínuo, pues lo que ayer funcionaba, hoy tal vez ya no.
Por lo tanto, “se debe dejar de ver a la capacitación como una obligación y empezar a verla como una aliada para mejorar tanto a nivel organizacional como individualmente, cada colaborador. Su implementación adecuada requiere compromiso, constancia y visión por parte de los integrantes de la misma empresa”, concluyó la docente.
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