¿El invierno te deprime? Cuidado con el trastorno afectivo estacional
Aunque parecen no tener mayor importancia, la disminución de la luz y la duración más corta de los días puede ocasionar cambios importantes en el estado de ánimo de las personas.
Junto a la llegada del otoño y del invierno, en algunos países los días se vuelven más cortos debido a que empieza a oscurecer cada vez más temprano.
Aunque pareciera no tener mayor importancia, este cambio en la luz que se percibe en el medio ambiente puede ocasionar cambios importantes en el estado de ánimo de las personas.
Cuando ocurren, dichos cambios están relacionados con el trastorno afectivo estacional, también conocido como depresión invernal, el cual no es considerado como un trastorno específico sino como un tipo de depresión que sigue un patrón estacional recurrente, indicó el Dr. Daniel Álvarez Núñez, coordinador de la Maestría en Neuropsicología en la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
El trastorno afectivo estacional puede durar entre 4 y 5 meses, y en la mayoría de los casos inicia a finales del otoño o principios del invierno, desapareciendo durante la primavera y el verano. Sus síntomas son similares a los de la depresión, con algunos otros específicos adicionales como:
- Dormir en exceso (Hipersomnia)
- Aumento del apetito
- Aumento de peso
- Pérdida de interés por actividades cotidianas o que antes disfrutaba
- Menor energía
“El motivo por el cual puede presentarse no está del todo claro, sin embargo, teniendo en cuenta el periodo de aparición y la sensibilidad a las condiciones luminosas del medio ambiente en las que se presenta el trastorno afectivo estacional, se han propuesto varios mecanismos que pueden estar relacionados, como el metabolismo de la melatonina, la disminución de la secreción de algunos neurotransmisores como la serotonina y la sensibilidad de la retina a la luz”, explicó el coordinador.
Añadió que existen diversas formas de tratar este trastorno, que pueden realizarse de forma independiente o combinada y que contemplan desde la aplicación de fototerapia, psicoterapia, terapia farmacológica y el suministro de vitamina D.
Al detectar que alguien atraviesa por una depresión estacional, o hallar señales de un padecimiento propio, lo mejor es buscar el apoyo de un profesional de la salud mental para, antes que nada, descartar que se trate de otro tipo de afectación y recibir la ayuda adecuada, evitando siempre el autodiagnóstico.
Recordando que la salud física influye directamente en el estado de salud mental y emocional de cada persona, hacer ejercicio, comer bien, y dormir entre 6 y 8 horas por día de manera regular, son hábitos que contribuyen a superar la depresión invernal.
“Si se trata de alguien a quien apreciamos o tenemos cerca hay que motivarle a hacer actividades. Se puede salir a caminar, o en general alguna actividad física. Esto activa los neurotransmisores que bajan su actividad cuando se presenta un episodio de depresión”, concluyó el especialista.
Foto: Cortesía.