Recibe el solsticio de verano en Guanajuato
Para las culturas indígenas, el solsticio de verano tenía un impacto directo en sus cosechas y marcaba la pauta para la agricultura.
El próximo 21 de junio viviremos el solsticio de verano. Durante este evento astronómico el polo norte de la tierra se inclina hacia el sol, lo que provoca el día más largo del año, así como, la noche anterior más corta, marcando la entrada al verano.
Sin duda alguna el solsticio de verano merece ser admirado desde alguna de las zonas arqueológicas del Estado de Guanajuato, con el objetivo de recargarse de energía, aquí te decimos cuáles son las 5 zonas que puedes visitar en el destino.
El Cóporo, cuya palabra de origen tarasco significa “sobre el gran camino o el camino grande”, es un asentamiento con vestigios de una antigua ciudad mesoamericana y está conformado por una serie de aldeas alrededor del cerro, donde sus habitantes cultivaban maíz, calabaza, amaranto, tomatillo, frijol y chile, que formaba parte de su dieta básica. Además, su ubicación al noroeste del Estado de Guanajuato, entre el valle y la zona de bosque, fue estratégica ya que le otorgó protección, así como acceso a diferentes recursos.
Localizado en San Miguel de Allende, en la cuenca central del Río de la Laja en plena frontera Mesoamericana, Cañada de la Virgen tiene la construcción de diversas estructuras sobre una superficie de 16 hectáreas atribuidas a tribus de filiación otomí. Sus habitantes poseían conocimientos astronómicos muy avanzados lo que facilitaba el control del tiempo y de los ciclos productivos.
Plazuelas, es considerada una de las ciudades más complejas de la región. Su asentamiento se dio entre 600 y 900 d. C. y sobresale por su integración al paisaje, ya que fue edificada cuidadosamente para no romper el orden de su entorno. En las excavaciones se hallaron fragmentos de una escultura de 2. 60 metros de largo y petrograbados que se encontraron en las orillas de las barrancas sobre afloramientos rocosos.
Ubicado cerca de Abasolo, Peralta está conformado por diversos conjuntos arquitectónicos, entre los que se puede mencionar El Divisadero, La Mesita de los Gallos, El Conjunto 3 (Celes), y el Conjunto 4 (Rancho). Su arquitectura constituye una de las mayores expresiones constructivas de la población que vivió en El Bajío, ya que está conformada por seis de los ocho distintos trazos de la arquitectura de montículo y patio hundido.
Y la última en abrir sus puertas al público, Arroyo Seco, que a diferencia de las anteriores es de pintura rupestre y se encuentra localizada en el municipio de Victoria. La zona está integrada por una planicie y dos pequeñas elevaciones naturales de relevante valor paisajístico, donde se ubican los conjuntos pictóricos que confieren a este sitio su histórico valor patrimonial.
Cabe destacar que, para las culturas indígenas, el solsticio de verano tenía un impacto directo en sus cosechas y marcaba la pauta para la agricultura.
Fotos: Cortesía.