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Renuevan las salas del Museo de Antropología

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La renovación de estos espacios forman parte del proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura.

Con una museografía actualizada, las salas del segundo piso del Museo Nacional de Antropología(MNA) reabrieron sus puertas con el título Grandeza y Diversidad Cultural de México, tras un proceso de actualización que les permite ofrecer un recorrido innovador con aproximadamente 6,000 piezas arqueológicas, etnográficas y artísticas, representativas de la riqueza de los pueblos originarios y afrodescendientes.

La renovación de estos espacios, es parte del proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el cual buscan conectar el recorrido arqueológico del museo con el etnográfico, y resaltar la continuidad de los procesos culturales desde la época prehispánica hasta el contacto con los europeos, así como la historia moderna y contemporánea del país.

Esta reestructura representa la mejor manera de refrendar el compromiso de este museo y de ambas instituciones con el programa cultural, político y social del gobierno de México, recientemente refrendado por el Congreso de la Unión con la reforma constitucional que revalida que los pueblos indígenas y afromexicanos son sujetos de derechos públicos, como lo ha señalado el director general del INAH, Diego Prieto Hernández.

A diferencia de las salas anteriores, ahora ya no se agrupan por regiones culturales, sino por cinco grandes ejes que ahora les dan nombre: Historias, identidades y resistencia; Pueblos, lenguas y territorios; Maíces, milpas, la tierra y el alimento; Los Textiles de México, y Fiestas y rituales.

Cada espacio se integra por 1,200 a 1,500 piezas, donde la diversidad de México es la protagonista. Un mosaico de culturas vivas, lenguas, rituales y fiestas, el cual da testimonio de la manera en la que los pueblos de nuestro país expresan lo que son y cómo conceptualizan sus territorios y cosmogonías.

Máscaras, tocados, figuras de cerámica, pinturas, herramientas, instrumentos musicales, fotografías en gran formato y murales, así como prendas de vestir tradicionales, como el quechquemil, un tipo de capa usada por los pueblos de la Costa del Golfo, el Altiplano Central y la Sierra Nayar, entre otro tipo de vestimentas, acompañadas de los patrones de sus diseños y el material con el que se elaboran, son algunos de los objetos que pueden admirarse.

La Sala Historias, identidades y resistencia, curada por los antropólogos Donaciano Gutiérrez y Juan Pablo Urióstegui, aborda el acomodo social a partir del siglo XIV, en el cual inicia una lucha por el control de los espacios, las rebeliones indígenas, así como el surgimiento de la historia de las ciencias antropológicas en torno al estudio de la cultura.

A su vez, la Sala Pueblos, lenguas y territorios, coordinada por los investigadores Miguel Ángel Rubio Jiménez y María de Lourdes Báez Cubero, muestra la diversidad de los 68 grupos etnolingüísticos mexicanos, con sus derivaciones, lenguajes verbales y no verbales, así como su escritura.

La Sala Maíces, milpas, la tierra y el alimento, desarrollada por las curadoras Catalina Rodríguez Lazcano y María Eugenia Sánchez Santa Ana, invita a reflexionar en torno a la familia y la vivienda como núcleo central de la sociedad, el punto donde se elaboran diferentes platillos y formas de preparación.

La Sala Los Textiles de México exhibe instrumentos y mecanismos para elaborar prendas de diferentes zonas geográficas y condiciones climáticas; y Fiestas y rituales se centra en el sentido de comunalidad y cómo se construyen las ritualidades y las tradiciones de los pueblos originarios; fueron desarrolladas por Arturo Gómez Martínez y Johannes Neurath Kugler, respectivamente.

La última actualización a nivel museológico y museográfico de estas salas, se realizó en el año 2000, por lo que este proyecto a cargo de especialistas del MNA y del director del recinto, Antonio Saborit García-Peña, y de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH que lleva Juan Manuel Garibay López, fueron los encargados de la construcción de los contenidos, que ahora son a manera didáctica.

Para esta tarea, participaron artesanos y artistas comunitarios y locales, como el pintor Filogonio Naxín, la bordadora Teresa Lino Bello y el tejedor Pedro Martín Concepción, por mencionar a alguno, quienes aportaron nuevas piezas al acervo del MNA.

Asimismo, durante el proceso de reestructuración de las salas etnográficas se reubicaron algunos murales, de manera que los visitantes podrán disfrutar de una perspectiva novedosa, además de intervenciones e instalaciones de recursos didácticos.

Foto: Especial.