S.O.S. La montaña de Guerrero muere de hambre por el Huracán Jhon
Esta es una crónica: Caminos de Esperanza en la Montaña de Guerrero.
Era un día fresco y lleno de neblina cuando partimos de Tlapa de Comonfort, Guerrero, con dos camionetas cargadas de viveres y maíz, listos para llevar un poco de alivio a las comunidades Na Savi de San Lucas y San Miguel Amoltepec el Nuevo. El ánimo era alto, la intención clara: ayudar a quienes más lo necesitan.
Sin embargo, al empezar a ascender hacia la parte alta de nuestra región, la realidad se hizo evidente. Los montones de piedras y tierra que se deslavaron de los cerros , vestigios del huracán John, nos recordaban que los caminos hacia los desprotegidos siempre han sido difíciles. En algunos tramos, solo podíamos transitar por un solo carril, lo que añadía una dificultad mas a nuestra travesía. La neblina comenzó a envolver nuestras camionetas, y el frío se hacía cada vez más intenso, un presagio de que San Lucas estaba cerca.
Finalmente, llegamos. Una familia solidaria nos recibió con un café caliente, un pequeño pero significativo gesto que nos reconfortó. Conversamos con un grupo reducidos de autoridades comunitarias, quienes nos guiaron en la entrega de lo que llevábamos, nos dijeron que no estaban todos y solo una comisión pudo atendernos, porque ya viene el día de muertos, viko ndií desde la lengua materna, que es sagrada para la gente de esta comunidad, las autoridades y principales del pueblo hablaron con los habitantes, se cooperaron y contrataron una retroezcavadora para abrir la brecha que los comunica con su panteón viejo que está a un kilómetro del pueblo. Las mujeres, con lágrimas en los ojos, compartieron su dolor y su pérdida.
Desde la lengua tu´un savi manifestaron“Lo único que nos queda es el llanto y la tristeza”, “el maiz es nuestro principal alimento, y tenemos miedo quedarnos sin nada ya que la mayor parte de nuestra milpa se destrozó y no tardan en caer caer las primeras heladas, para terminar de destruir por completo nuestra milpa”. Nadie las había visitado desde la tragedia, y el silencio del abandono resonaba en sus palabras. Una señora líder de la comunidad dijo “La milpa es nuestra vida, sin ella se acaba nuestro caminar, por eso estamos muy agradecidos y agradecidas que nos hayan traído maíz, el gobierno nunca nos entiende, trae otras cosas que no va con lo que nosotros comemos, ustedes son los primeros en traernos este grano que es sagrado para nosotras, ya que todas las mañanas estamos con el nixtamal, como no llorar ahora que nuestras milpas se cayeron, ojalá otros se enteren y vengan a ver nuestra forma de sobrevivir en estos cerros, que nos ha protegido pero ahora si la lluvia cayó día y noche, sin cesar”.
Continuamos hacia San Miguel, donde el terreno se volvió más complicado. A un kilómetro mas adelante terminó la carretera pavimentada, entonces empezamos a visualizar hundimientos, para después encontrarnos con brechas repletas de lodo, lo que las hacia resbaladizas y peligrosas, varias ocasiones tuvimos que bajarnos de las camionetas para ayudar al conductor, que luchaban contra el peso de la carga y el tierra mojada, pero no podíamos fallarles a quienes han confiado en nosotros, tanto quienes financiaron víveres como la gente de estas comunidades.
Al llegar a San Miguel, el ambiente se llenó de un sentido de comunidad. Las autoridades nos recibieron en la comisaría municipal y a través de una trompeta perifonearon convocando a la población y, en el corredor de la comisaría, comenzaron a llegar las mujeres, formándose en fila desde la más anciana hasta la más joven. Se les dió información de nuestros colectivos y muy atentas nos escucharon. Por respeto que se les tiene a las mujeres de avanzada edad fueron las primeras en la fila, cada una recibió su paquete de víveres, un acto de solidaridad que les ofrecía un rayo de esperanza en medio de la adversidad. Mientras repartíamos, nos contaron sobre las casas derrumbadas, la lluvia que no cesaba y cómo, a diferencia de Acapulco, su región seguía en el olvido.
Las mujeres agradecieron a los colectivos "Gusanos de la Memoria" y "San Francisco" por su apoyo. “Lleven nuestra voz a los medios”, pidieron, “somos personas pobres y tememos pasar hambre” le tenemos mas miedo a la falta de granos, el frío lo aguantamos. Una señora que vive con sus nietos contó; ahora es más difícil, ya que ellos están muy jóvenes y todavía no pueden ayudarse, por eso pidió la presencia de autoridades, para que los apoyen desde dando maiz, hasta cobijas por el frío, pero también pidió que arreglen y abran en su totalidad los caminos, asi mismo solicitó que el gobierno no los olvide como ha ocurrido en años anteriores.
Una joven narró que el año 2013, nunca les llegó la ayuda prometido, ya que fueron afectados por el huracán Ingrid y Manuel, con Otis en 2023 nadie los fue a ver, ahora menos dice, prosiguió pidiendo que las autoridades tanto de nivel municipal, como estatales y federales volteen a ver la Montaña, ya que Cochoapa el Grande y otros municipios fueron gravemente dañados, hemos escuchado que muchas carreteras quedaron cerradas, cayó mucha tierra y se necesitan maquinas para limpiarlas concluyó. Una señora igual denunció que en 2013 muchos medios la grabaron pero la ayuda nunca llegó, dijo “ahora hablo porque se que ustedes son personas que se organizaron y nos trajeron algo pero lleven nuestras palabras para que otras muchas personas se enteren de nuestra situación, ya nuestros ancestros les agradecerán lo que hacen por nosotros, porque nosotros qué les vamos a dar, no tenemos qué ofrecerles, mas que tristeza y pobreza, como ya se dieron cuenta aquí hace mucho frío y ahora si la lluvia nos afectó, no sabemos por qué pasan estas cosas finalizó.
El comisario municipal, con un discurso emotivo, instó a la comunidad a no dejarse llevar por el egoísmo, recordando que el bien común debe prevalecer, y que todos, en su mayoría, algo les tocó, agradeció a los dos colectivos y dijo que es bueno tener hijos comprometidos que en algún momento salieron a estudiar y hoy regresan a la comunidad con algo de apoyo, sin fines de lucro, ni partidista, ya que algunos se han olvidado totalmente de sus orígenes, ellos tendrán sus razones remató, asi mismo nos dijo que despues del huracán se unieron con sus hermanos de San miguel Amoltepec el Viejo para empezar a abrir un poco la brecha para que fuera transitable, también pidió que ojalá el gobierno del estado les pavimente su carretera para conectarse con San Lucas, ya que en este tramo fue donde hubo mucho mas derrumbes, ya que ocupan esta vía para poder salir fácilmente para Tlapa de Comonfort, considerado el corazón de la región de la Montaña, lugar donde conviven las tres culturas y lenguas de este territorio.
En medio de un contexto difícil y de pobreza, se gestaba un lazo de solidaridad de las niñas y niños ayudando a sus abuelas a cargar cajas de víveres y maíz. La Montaña de Guerrero, con su belleza y su dureza, se erguía como testigo de la resiliencia de su gente. A pesar de las dificultades, cada sonrisa, cada abrazo y cada palabra compartida se convertían en una lluvia de esperanza, recordándonos que, en la adversidad, la comunidad puede encontrar la fuerza comunitaria para seguir adelante.
Cabe resaltar que estas comunidades pertenecen al municipio de Cochoapa el Grande, el cual ocupa segundo lugar en pobreza a nivel nacional después de San Simón Zahuatlán en Oaxaca.
según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2020.
Este viaje nos recordó que la verdadera solidaridad va más allá de una entrega material; es un acto de humanidad que puede encender la esperanza en los corazones de la gente y activar a que se organicen y luchen, porque hasta ahora ningún representante del estado los ha visitado y para ser escuchados necesitan mostrarse, hablar, visibilizarse... A nuestro regreso, nos quedamos no solo con las palabras de agradecimiento, sino también el compromiso de no olvidar a quienes enfrentan la adversidad en silencio.
Por Manuel Ta Safi
Si gustas hacer un donativo, a la cuenta de BBVA con Clabe 012281011419865386, bajo el concepto de 'maíz'. Para mayor información al número 7571222271.
Gracias a todos y todas por donar para la compra de maíz, gracias a Unidos por Ellos, Cenaced por sumar 91 cajas de víveres.
Texto y fotos: Gusanos de la Memoria.