Kamala o Trump: lo que está en juego para México
Cada candidato tiene una agenda a tratar con nuestro país en temas como migración, seguridad y cooperación comercial que debemos entender
La relación más relevante para México es, sin duda, la que mantiene con su principal socio comercial: Estados Unidos. Por ello, resulta fundamental analizar los posibles escenarios que se plantean en caso de una victoria del candidato del Partido Republicano o de la candidata del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales.
Este análisis es imperativo debido a las profundas implicaciones económicas, políticas y de seguridad que estas elecciones tendrán para México, pero si una palabra parece definir el momento actual es incertidumbre.
Ante este escenario de gran complejidad es necesario evaluar cómo podría afectar a México la victoria de cada candidato en áreas clave como: seguridad, migración y comercio.
Migración
En el tema migratorio, ambos candidatos han planteado establecer medidas más estrictas para controlar el flujo migratorio en sus fronteras, posicionando este tema como un eje central de sus agendas.
Por un lado, Trump ha propuesto la deportación masiva de hasta 11 millones de migrantes. Por otro, Harris ha planteado endurecer las sanciones para quienes ingresen ilegalmente a Estados Unidos, con penas de hasta cinco años de prohibición para volver al país.
Las posturas de ambos candidatos anticipan un escenario complicado, dado el clima de inestabilidad política y social que prevalece en la región y que probablemente aumentará el flujo migratorio. Esto podría imponer a México una gran responsabilidad en la protección y atención de los migrantes.
Las medidas que se adopten deben enfocarse en prevenir una crisis humanitaria, ya que México podría enfrentar una presión significativa en sus recursos de atención migratoria. Para evitar esta situación, es fundamental fortalecer la coordinación bilateral en materia migratoria y promover políticas conjuntas que permitan una gestión más ordenada y humanitaria de los flujos migratorios en la región.
Comercio Exterior
En materia comercial, la relación entre México y Estados Unidos enfrenta importantes retos, siendo la revisión del TMEC en 2026 el más significativo. Kamala Harris votó en contra del tratado, argumentando que las disposiciones laborales y ambientales eran insuficientes para combatir el cambio climático y desfavorables para los trabajadores industriales.
En contraste, Trump ha propuesto elevar los aranceles a las importaciones de automóviles provenientes de México como estrategia para apoyar la debilitada industria automotriz estadounidense y fomentar la relocalización de empresas en su país. Estas posturas lo que reflejan es que al momento de renegociar el Tratado podrían surgir nuevas demandas que volverían más compleja la revisión del acuerdo.
Frente a este escenario, México deberá diseñar una estrategia que evidencie los beneficios que el TMEC ha aportado a todos los socios comerciales, subrayando las ventajas de la relocalización en el contexto de la guerra comercial con China. Esto podría contribuir a disuadir la adopción de políticas proteccionistas, resaltando el valor de una relación comercial abierta y estable para el crecimiento regional.
Seguridad
En el ámbito de la seguridad, uno de los temas más debatidos es cómo frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Las propuestas del Partido Republicano se enfocan en medidas más estrictas, incluyendo incursiones en territorio mexicano y el uso de drones para combatir a los grupos delictivos. En contraste, los demócratas han propuesto fortalecer las estrategias de cooperación en seguridad e inteligencia entre ambos países.
México deberá desarrollar una estrategia efectiva que trate de privilegiar sus intereses, desde frenar el tráfico de armas provenientes del norte, hasta implementar políticas que le permitan recuperar control sobre territorios afectados por la violencia. En este sentido, su estrategia de seguridad deberá orientarse hacia un acuerdo que beneficie a ambas naciones y contribuya a una gestión integral y sostenible del problema.
México debe enfocarse
Independientemente de quién resulte ganador en las elecciones del 5 de noviembre, es evidente que la agenda compartida entre México y Estados Unidos requiere una revisión profunda del enfoque actual de colaboración y una reflexión sobre los objetivos comunes para el futuro. Ambos países no solo comparten una extensa frontera y una historia en común, sino también una interdependencia tal que los desafíos y logros de uno repercuten ineludiblemente en el otro.
Ante esta realidad, es imperativo que ambas naciones desarrollen estrategias coordinadas y de largo plazo para abordar los problemas comunes. Solo a través de un compromiso mutuo, orientado hacia soluciones colaborativas, podrán afrontar de manera efectiva las problemáticas que afectan a sus poblaciones y garantizar una relación estable y beneficiosa para ambos en los próximos años.
Por Iván Arrazola Cortés, académico de la UAG.
Foto: Especial.