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La herencia de la Tercera Raíz

Página Zero - afromexicano

Con motivo del Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes.

Para profundizar en el reconocimiento de las poblaciones afromexicanas, su cultura y su presencia desde tiempos de la Colonia española, la antropóloga Sagrario Cruz Carretero ofreció una ponencia sobre la presencia afromexicana, la deuda histórica que se mantiene con ella, el racismo y la discriminación; como parte del “Seminario de Actualización 2018. Patrimonio Cultural Inmaterial y Diversidad Cultural”.

Tal como lo explica Cruz Carretero, esta cultura ha estado presente desde la época de la conquista española, con la llegada de esclavos bajo las órdenes de Hernán Cortés. Uno de ellos fue Juan Garrido, de quien poco se habla, a pesar de haber sido el primer hombre afro en sembrar trigo en América continental.

La profesora en la Universidad Veracruzana, ha expresado que una de las razones por las que no se reconoce la presencia africana en la historia de México es debido al racismo latente en la institución familiar, social y del Estado; además de la reproducción de estereotipos.

Sin embargo, la cultura africana y afromexicana persiste no solo dentro de las comunidades de los estados de Guerrero, Oaxaca, Coahuila, Veracruz, Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Nuevo León, Baja California Sur y Morelos; sino que está presente en todo el país.

A decir de la especialista, en siglos pasados, a esta comunidad se le asoció con el diablo. Esto es visible, por ejemplo, en la Danza de los diablos, que se baila en Oaxaca y Guerrero, donde quienes participan utilizan máscaras y atavíos con pelos, cuernos y pieles rugosas. Esto se contraponía al simbolismo de lo puro y angelical, representado con el uso de plumas, el color blanco y la piel clara de los santos.  

En México persiste una herencia africana, cuyo origen se remonta a las migraciones provenientes de Portugal, Filipinas e India. Su influencia ha sido determinante en la estructura musical del son jarocho y el son de artesa, así como en el uso de elementos como la tarima o los tambores.

En lo referente a la gastronomía, técnicas como freír en aceite profundo, la adaptación de recetas empleando arroz, frijoles, camote o yuca, o la preparación de platillos como la moronga o el mondongo son muestra del legado del pueblo afro.

La especialista aseguró que iniciativas como el Programa Nuestra Tercera Raíz y el Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMyC), impulsados desde la DGCPIU -entre otros proyectos institucionales- han permitido que las y los portadores afrodescendientes revitalicen y detonen su riqueza cultural, al recuperar tradiciones, prácticas, historia oral, danzas, gastronomía y música.

Reconoció que falta un largo camino por transitar para que se dé un proceso de reconocimiento y autoreconocimiento de las personas como parte de una identidad cultural afromexicana. Por ello la importancia de visibilizar el orgullo de ser afrodescendiente.

Se estima que en México viven poco más de 2 millones 576 mil personas que se reconocen como afromexicanas. De esta comunidad, que representa el 2% de la población total del país, la mitad considera que sus derechos se respetan poco o nada, según la Encuesta Nacional de Discriminación, publicada en 2017.

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