Propone garantizar educación para hijas e hijos de jornaleros agrícolas
Buscan incorporar en la Ley Federal del Trabajo la obligatoriedad del Estado.
Los hombres trabajadores agrícolas cuentan con 5.9 años de escolaridad en promedio, mientras que las mujeres trabajadoras agrícolas están con un promedio de 5.5 años de escolaridad, de acuerdo con información de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Buscan incorporar en la Ley Federal del Trabajo la obligatoriedad del Estado, a través de la Secretaría de Educación Pública, de dotar de infraestructura y centros escolares, así como del personal docente para atender a hijos e hijas de los jornaleros agrícolas, la senadora Geovanna Bañuelos presentó una iniciativa que busca garantizarles el acceso a la educación.
A nombre propio y de la senadora Martha Márquez y del senador Joel Padilla, la senadora Geovanna Bañuelos destacó que los derechos de las niñas, niños y adolescentes son prioridad en la agenda legislativa del Partido del Trabajo en el Senado de la República.
Asimismo, establece que en todo momento se tomará en cuenta lo relativo a las condiciones inherentes de la labor de los jornaleros agrícolas y se garantizará el derecho a una educación de calidad para sus hijos e hijas.
Bañuelos detalló que también se reforma la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para que en lo relativo a la enseñanza agrícola, y en específico a las obligaciones de los patrones del campo en materia educativa, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social vigile las condiciones y el cumplimiento de estos mandatos.
La coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (GPPT) señaló que en México existen niñas, niños y adolescentes que se encuentran en un estado de marginación, segregación, rechazo, e incluso olvido. “En específico, las hijas e hijos de las personas jornaleras se encuentran en un constante estado de vulnerabilidad”.
La senadora enfatizó que más del 80 por ciento de niñas, niños y jóvenes hijos de jornaleros agrícolas migrantes enfrentan mayores problemas de rezago educativo, pues no reciben instrucción básica por la movilidad constante en la que se encuentran sus padres y en consecuencia tampoco se cuenta con un censo para saber cuántas niñas o cuántos niños no reciben educación básica.
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