En el imaginario popular el científico es visto como una figura casi mitológica: un ser brillante pero antisocial, encerrado en un laboratorio; sin embargo, todos podemos hacer ciencia y aprender.
Estos fenómenos virales nos muestran cómo las tendencias digitales no solo dictan nuevas preferencias de consumo, sino que también reconfiguran las cadenas logísticas y retan la capacidad de respuesta de los exportadores en todo el mundo.