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15 expectativas pedagógicamente aceptables sobre el uso de la IA

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Es fundamental tener un marco adecuado para justificar su incorporación con sentido humanista.

El avance vertiginoso de la inteligencia artificial (IA) está transformando profundamente todos los ámbitos de la vida humana, incluida la educación (Villamil Cavagnaro, C. J. et al 2024). En el nivel superior, donde se busca formar no solo profesionales competentes, sino también personas libres, críticas y responsables, el uso de la IA debe ser cuidadosamente orientado. En este contexto, se hace necesario establecer criterios pedagógicos sólidos que guíen su integración en el proceso educativo.

Al respecto es fundamental tener un marco adecuado para justificar su incorporación con sentido humanista, en esta dirección es esencial considerar la naturaleza de la educación cuya finalidad es: “el perfeccionamiento de la persona humana en cuanto tal, en sus dimensiones espiritual, moral y racional” (Altarejos 2000, p. 91).

En ese marco, la IA no debe suplantar al educador ni reducir al estudiante a un receptor pasivo de datos, sino servir como instrumento para potenciar sus capacidades personales y su apertura a la verdad. La IA debe usarse como medio para la formación del ser humano, no como fin. La tecnología no sustituye el cultivo del intelecto y la voluntad.

Ciertamente, la IA puede enriquecer los procesos formativos (Parra-Taboada, M. et al 2024) si se subordina al desarrollo de la libertad y del pensamiento riguroso. Es decir, el estudiante debe seguir siendo el protagonista de su aprendizaje y la IA debe potenciar su capacidad de juzgar, analizar y argumentar. Educar en enseñar a pensar y el razonamiento no se debe delegar a algoritmos.

Asimismo, la búsqueda de la verdad como horizonte del saber universitario exige el uso ético y riguroso de la IA. La universidad no puede tolerar una aceptación acrítica de la información generada por algoritmos, sino que debe formar en el criterio y en la verificación de la objetividad y veracidad (Tristán-López, A. y Pedraza-Corpus N.Y. (2017). A su vez, el uso de estas tecnologías debe fomentar la interioridad, la reflexión y el autoconocimiento, evitando que el estudiante se disuelva en la superficialidad del dato o en la inmediatez del resultado a expensas de la apropiación del saber.

El uso de la Inteligencia Artificial en la educación se concibe como una herramienta supeditada al ser humano, nunca un fin en sí misma, con el objetivo primordial de potenciar el aprendizaje y el desarrollo integral del estudiante. La IA debe promover la autonomía y libertad del alumno, impulsando su pensamiento crítico, la racionalidad y la búsqueda de la verdad en la investigación. Su aplicación reflexiva busca fomentar el autoconocimiento y el discernimiento ético, siempre al servicio de la singularidad de cada estudiante y respetando el insustituible encuentro humano en el proceso educativo. Guiada por los principios de verdad, bondad y belleza, la IA debe apoyar el pensamiento original y la investigación rigurosa, enfatizando la comprensión de su funcionamiento, la transparencia y la adaptación a nuevas herramientas, sin jamás desviar el foco de las habilidades superiores del intelecto humano.

A continuación, se describen 15 expectativas que buscan equilibrar el potencial de la IA como herramienta de aprendizaje con la necesidad de mantener la integridad académica, el desarrollo de las facultades del ser humano y su perfeccionamiento en los trascendentales del ser y la responsabilidad en el uso de la tecnología.

1. Priorizar su uso como herramienta de apoyo formativo, nunca de sustitución: Se busca que los estudiantes empleen la Inteligencia Artificial (IA) como un complemento formativo, no como un reemplazo de su propio intelecto. La IA puede ser una valiosa herramienta de apoyo para la investigación, la generación de ideas iniciales o la corrección gramatical avanzada. Sin embargo, es fundamental que los alumnos comprendan que la tecnología no sustituye el desarrollo del pensamiento, el análisis profundo y la creación de contenido original. La finalidad principal es potenciar el aprendizaje y el crecimiento intelectual, no suplantar la capacidad de reflexión y la voluntad individual.

2. Respeto a la libertad y autonomía del educando: El estudiante debe seguir siendo el protagonista central de su propio aprendizaje. La inteligencia artificial (IA) tiene la función de potenciar su capacidad de elegir, no de condicionar ni automatizar sus decisiones. Es crucial que la IA sirva como una herramienta que amplíe las opciones y fomente la independencia, en lugar de limitar la libertad y la autonomía del educando.

3. Fomento de la racionalidad, y la evaluación de la información, favoreciendo en el estudiante su capacidad de juzgar, analizar y argumentar ya que educar es enseñar a pensar. Los estudiantes deberán utilizar la IA de manera crítica, evaluando la calidad, la fiabilidad y los posibles sesgos de la información generada. Se espera que verifiquen la información proporcionada por la IA con otras fuentes confiables y desarrollen la capacidad de discernir su validez.

4. Desarrollo de habilidades de investigación hacia la búsqueda de la verdad como horizonte: Toda herramienta educativa, incluida la IA, debe estar al servicio de la verdad. El estudiante debe aprender a discernir la veracidad de la información. La IA puede ser una herramienta poderosa para la investigación, ayudando a identificar fuentes relevantes y a resumir información. Se espera que los estudiantes aprendan a formular prompts efectivos y a utilizar la IA para optimizar su proceso de investigación, sin depender únicamente de sus resultados.

5. Promoción de la interioridad y el autoconocimiento. La educación debe conducir al conocimiento de sí mismo. El hombre está llamado a la reflexión de sí mismo como condición de su libertad y desarrollo personal. Por ello, la IA debe servir para facilitar esta reflexión y no generar alienación o superficialidad.

6. Uso ético y responsable de la IA: Se espera que los estudiantes utilicen la IA de manera ética, respetando los derechos de autor, la privacidad y evitando su uso para generar contenido dañino, discriminatorio o fraudulento. Esto incluye comprender las implicaciones sociales y éticas de la IA. Por ello es deber del docente formar en la conciencia del bien y del mal en el uso de recursos tecnológicos.

7. Respeto a la singularidad de cada persona. Cada estudiante es único, con una vocación y un camino formativo irrepetible. Por ello la IA debe adaptarse a la diversidad humana.

8. Relación interpersonal como núcleo del proceso educativo: La tecnología no puede reemplazar el encuentro educativo personal. La relación maestro-alumno es insustituible. Desarrollo de habilidades de comunicación y presentación mejoradas: La IA puede ayudar a estructurar ideas y generar borradores, pero se espera que los estudiantes desarrollen sus propias habilidades de comunicación escrita y oral, utilizando la IA como una herramienta para refinar y mejorar su presentación, no para reemplazarla por completo.

9. Desarrollo de los trascendentales del Ser: El uso de la IA debe guiarse por lo verdadero, lo bueno y lo bello. Estos principios son esenciales en toda acción educativa.

10. Carácter perfectible del ser humano y su apertura al sentido. La IA debe estar subordinada al crecimiento del estudiante como ser abierto a la trascendencia, al sentido y a la vocación de plenitud.

11. Énfasis en la creación de contenido original y la síntesis: Si bien la IA puede ayudar a generar texto inicial, se espera que los estudiantes universitarios utilicen esta base para desarrollar sus propias ideas, argumentos y análisis originales. La síntesis de información de diversas fuentes, incluyendo las generadas por la IA, debe ser un producto del esfuerzo intelectual del estudiante.

12. Aprendizaje sobre el funcionamiento y las limitaciones de la IA: Se espera que los estudiantes desarrollen una comprensión básica de cómo funcionan las herramientas de IA que utilizan, incluyendo sus capacidades, limitaciones y posibles sesgos. Esto les permitirá utilizarlas de manera más informada y responsable.

13. Transparencia y citación adecuada: Los estudiantes deberán ser transparentes sobre el uso de la IA en su trabajo académico, citando adecuadamente las herramientas y la información generada por ellas, siguiendo las directrices específicas de cada curso o institución. Esto promueve la honestidad académica y permite evaluar la contribución del estudiante.

14. Adaptación a nuevas herramientas y tecnologías: Se espera que los estudiantes demuestren una disposición para aprender y adaptarse al rápido avance de las tecnologías de IA, explorando nuevas herramientas y comprendiendo su potencial para el aprendizaje en sus respectivas disciplinas.

15. Foco en el desarrollo de habilidades de orden superior: El uso de la IA no debe desviar el enfoque del desarrollo de habilidades de orden superior como el análisis, la síntesis, la evaluación, la resolución de problemas y la creatividad. Se espera que los estudiantes utilicen la IA de manera que les permita dedicar más tiempo y esfuerzo a estas habilidades cruciales.

Estas expectativas no se oponen al uso de la inteligencia artificial, sino que la integran dentro de una visión humanista y trascendente de la educación. Estas expectativas buscan guiar un uso pedagógicamente sólido de la IA en la educación universitaria, fomentando un aprendizaje más eficiente y profundo sin comprometer la integridad académica y el desarrollo de las capacidades intelectuales de los estudiantes.

la IA representa una oportunidad valiosa para enriquecer la educación superior, siempre que se utilice bajo un marco antropológico y ético riguroso. Las 15 expectativas propuestas aseguran que su integración no deshumanice el proceso educativo, sino que lo potencie. En palabras de Altarejos, “educar es introducir en el sentido de la vida”, y ese sentido solo puede alcanzarse si la tecnología se subordina a la verdad, la libertad y la dignidad de la persona.

Por el Dr. Ismael Zamora Tovar.

Foto: Especial.