Descubren punto para ver el solsticio de invierno en el Cerro de la Estrella
Descubre que el Cerro de la Estrella es un punto donde nace el sol (solsticio del invierno) fenómeno astronómico asociado al mito del nacimiento de Huitzilopochtli, el dios mexica
Durante la conferencia magistral impartida la tarde del martes 21 de diciembre de 2021, en la Macroplaza de Iztapalapa, el arqueólogo Arturo Montero explicó por primera vez, los hallazgos de una investigación que lleva a cabo por encargo de la Alcaldía Iztapalapa, en torno a la relación que existe entre el solsticio de invierno asociado al mito del nacimiento de Huitzilopochtli y el Cerro de la Estrella | Huizachtépetl.
El doctor en Antropología Ecológica, explicó que el día 21 de diciembre, fecha en la cual sucede el solsticio de invierno –el día más corto del año en el hemisferio norte, en el cual hay menos horas de sol y la noche es más larga, e inicia oficialmente el invierno–, por la mañana del martes 21, comprobó el punto desde el cual las culturas prehispánicas asentadas en esta zona de Iztapalapa, probablemente miraban el solsticio de invierno (el nacimiento del sol, el nacimiento de Huitzilopochtli) emerger del Cerro de la Estrella, enfatizando: “no, desde el Cerro de la Estrella, como se creía”.
“Comencé a realizar cálculos bajo un modelo astronómico - matemático. Hoy en la mañana pudimos comprobar algo muy importante. Hicimos la toma de video que vincula al Cerro de la Estrella con el solsticio de invierno. Siempre se pensó que el Cerro de la Estrella era el punto para observar, o sea, subirse al cerro para ver el amanecer, pero no, el Cerro de la Estrella es el punto donde el sol sale y se puede ver desde abajo. Es decir, el Cerro de la Estrella no es el observatorio, es el axis mundi (punto axial) en donde nace el sol, este es el descubrimiento”.
De acuerdo al modelo y los cálculos de este investigador, el punto desde el cual puede observarse el solsticio de invierno (el nacimiento del sol) sobre el Cerro de la Estrella, se encuentra en un puente peatonal ubicado entre el cruce de Calzada Ermita Iztapalapa y Calzada de la Viga, en el pueblo originario de Mexicaltzingo. Esta es otra aportación, la cual fue comprobada y captada con una cámara de video a las 7 de la mañana con 23 minutos el martes 21 de diciembre.
“Mexicaltzingo es el punto, ahí teníamos varias propuestas, podía ser el Unitec, la Iglesia de San Marcos, o el Bancomer. Por los trabajos de la Línea 12 del Metro, sabemos que tenía que ver con un templo rectangular que estaba ahí y que fue destruido durante la urbanización. Estamos en un puente de Mexicaltzingo en donde pudo haber estado la pirámide, un templo; desde ese punto, ellos (nuestros ancestros prehispánicos) veían salir el sol sobre el Huizachtépetl (Cerro de la Estrella) que para ellos era el nacimiento de Huitzilopochtli. El sol se posiciona sobre el templo, (hoy basamento de la pirámide del Fuego Nuevo del Cerro de la Estrella actual)”, explicó el destacado arqueólogo.
Y enfatizó: “Entonces si quieren asociar el nacimiento de Huitzilopochtli con el solsticio de invierno para Iztapalapa, este es el lugar. Para colmo, Mexicaltzingo tiene que ver con el nombre de Huitzilopochtli, ahí está Churubusco que era el templo dedicado a él y también es la región sur de Tenochtitlán. Todas las evidencias nos llevan a esto”. Aunque aclaró que el hallazgo es el comienzo de una investigación más grande que le gustaría desarrollar.
El mito del nacimiento de Huitzilopochtli y el solsticio de invierno
También explicó a detalle el fenómeno del solsticio de invierno en las culturas mesoamericanas, señalando que después del 21 de diciembre, poco a poco los días se hacen más largos y en consecuencia las noches más cortas, por eso en la cultura mexica, el solsticio de invierno se asoció al nacimiento del sol, del dios Huitzilopochtli, “una vez que el dios nacía, él iba creciendo, iba haciéndose más grande, como Jesucristo en la cultura judeocristiana. Son las advocaciones del culto antiguo”, ya que el solsticio de invierno se ha asociado con el nacimiento de una nueva era, de un nuevo sol, de un renacimiento, de un momento fundacional en varias culturas.
Arturo Montero explicó el mito del nacimiento de Huitzilopochtli como una creación de los mexicas para justificar políticamente su control hacia otros pueblos. La leyenda dice que la diosa Coatlicue estaba en cinta sin participación de un varón; sus 400 hijos (las estrellas) y su hija Coyolxauhqui (la Luna) planeaban matarla para que su hermano no naciera. Coatlicue da a luz a Huitzilopochtli quien es el sol, nace armado y se enfrenta a sus hermanos en el Cerro del Coatépetl donde decapita a su hermana la Luna y derrota a sus hermanos.
“¿Qué dice la historia de Huitzilopochtli? que es radiante y opaca a las estrellas y a la luna, cuando nace es tanta su luz que en el cielo no pueden iluminar, ni las estrellas ni la luna. Entonces, Huitzilopochtli es la advocación del pueblo mexica, que es el pueblo del sol; las estrellas y Coyolxauhqui son los demás pueblos de la Cuenca de México o de Mesoamérica, que van a ser vencidos por el sol. Entonces, el mito es la justificación política del estado mexica, que se basa en éste, para explicar por qué ellos deben hacer que el sol viva y esto les permite controlar a los demás pueblos”.
En la conferencia también se mencionó la exactitud de los calendarios prehispánicos como el Cempoallapohualli y el Tonallpohualli que se rigen por fenómenos astronómicos, mientras que el calendario moderno que nos guía es una convención que no se apega a movimientos tangibles de los astros. Montero destacó que la importancia del solsticio de invierno para el México antiguo es que era un pivote para medir el tiempo.
“¿Cuál es la diferencia del 31 de diciembre al 1 de enero que nos ponen los gringos para celebrar en Nueva York? que no hay nada astronómico, no hay ningún fenómeno. El calendario prehispánico está regido por el sol y su posición en el horizonte, es tangible, metemos enero al inicio del año por cuestiones históricas, romanas, pero no hay ningún hecho astronómico, es simplemente una propuesta. En el Mesoamericano no, el inicio del año es el 12 de febrero porque son 52 días después del solsticio y todos los números comienzan a formar una rueda del tiempo, una rueda con engranajes que era muy perfecta”, señaló.
Texto y foto: Cultura Iztapalapa.