El desafío de definir límites: inteligencia artificial y educación
La prohibición no es viable para las herramientas de Inteligencia Artificial; sería equivalente a cancelar el uso de otras herramientas tecnológicas que simplifican procesos, particularmente en el ámbito académico.
El uso de herramientas de Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado un crecimiento tan acelerado como sostenido durante los últimos meses. Al mismo ritmo, se conforman importantes desafíos en torno a su aplicación en distintos ámbitos que, particularmente en el académico, no deberían solucionarse a base de la prohibición.
“La prohibición no es opción para las herramientas de IA. Sería equivalente a cancelar el uso de calculadoras y otras herramientas comúnmente conocidas que simplifican procesos y los hacen más veloces y rápidos”, consideró el Dr. Daniel Sanabria Barrios, director estatal de Bibliotecas CETYS.
Se añadió que, en instituciones de educación superior (IES) y centros de investigación, el fenómeno de la IA ha tomado mayor fuerza, especialmente desde el lanzamiento de ChatGPT, desarrollado por OpenAI, el 30 de noviembre del 2022, desencadenando una carrera vertiginosa en la creación de herramientas tanto textuales como visuales.
Sin embargo, reconoció, este auge también ha generado preocupaciones legítimas respecto a los derechos de autor. “Dentro de las universidades se han suscitado debates, talleres, eventos y cursos en los que este tema ha sido trabajado, quizá parcialmente porque se ha enfocado en una sola herramienta y no en el conjunto del fenómeno que llegó para quedarse”.
Es en este punto en el que las instituciones de educación superior y los centros de investigación deben profundizar en la definición de políticas y lineamientos para guíar el uso adecuado de estas herramientas en el ámbito académico, dirigidas tanto a alumnos como a profesores e investigadores, sin prohibición y, en ese sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) indica que el uso de estas herramientas implica la alfabetización en IA, con formación previa e inseparable de su uso, misma que debería abordarse e impartirse con urgencia.
Cuanto antes, definir qué es aceptable y qué no, en función de la calidad académica y de investigación buscadas, debe ser el objeto de estas políticas que deben de ir debatiendo y adoptando las instituciones para no verse envueltas en contextos adversos y expuestas al escarnio público, pero sobre todo para garantizar el uso ético y de calidad de estas herramientas.
Por el contrario, abordar el asunto tardíamente retardaría el uso y aprovechamiento didáctico de la gran riqueza que ofrecen y de su uso beneficioso para la aceleración de los procesos de investigación, concluyó el académico.
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