El proceso de recuperación tras un intento de suicidio
Tras un intento fallido, es importante proporcionar un espacio seguro y libre de juicios, donde la intervención psicológica y la red de apoyo se entrelacen para hacer posible la recuperación y el resignificado de la vida.
Concientizar, sensibilizar y desmitificar los factores socioemocionales y físicos en torno a la problemática de salud que representa el suicidio, son los objetivos del Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Cada año, millones de personas en todo el mundo luchan con pensamientos suicidas y algunos intentan llevarlos a cabo. Los intentos de suicidio son eventos que marcan tanto la vida de quien lo lleva a cabo como de su red de apoyo.
En México, el suicidio es una de las primeras cinco causas de muerte, además, por cada suicidio consumado hay al menos 20 intentos de suicidio que resultan no letales. En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la principal tarea es fomentar y generar la conciencia e importancia de conocer estrategias para su prevención y acompañamiento en este delicado tema.
El acto de intentar acabar con su vida es un momento crítico, y las personas han pasado por ello enfrentan desafíos emocionales y cognitivos significativos, explicó la Mtra. Karina Zazueta, docente de asignatura de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
Quienes sobreviven a un intento suicida pueden enfrentar sentimientos abrumadores de culpa, vergüenza y frustración. La sensación de haber deseado terminar con el gran malestar emocional por el que están o estaban atravesando, pero no haberlo logrado, puede generar decepción e impotencia.
La intervención psicológica desempeña un papel crucial en su proceso de recuperación. "Es necesario proporcionar un espacio seguro donde puedan hablar sobre sus emociones sin temor al juicio", explicó la Mtra. Zazueta.
"El tratamiento psicológico, que puede incluir terapia individual o grupal, ayuda a las personas a comprender y entender de donde se han surgido estas emociones y pensamientos, para poder manejarlos de manera saludable, en donde será necesario que tanto el profesional y personas cercanas tengan comprensión, paciencia y ofrezcan un espacio seguro de validación para que la persona exprese sus sentimientos, son acciones que pueden cambiar vidas".
Además, la red de apoyo juega un rol esencial en el proceso. "Amigos, familiares y seres queridos deben estar disponibles para escuchar, ofrecer apoyo y alentar a la persona a buscar ayuda profesional de ser necesario. La conexión emocional y el respaldo pueden ser decisivos para evitar que la persona lo intente una vez más".
La prevención del suicidio no sólo se trata de evitar los intentos, sino también de apoyar y comprender a quienes han vivido esta experiencia, ayudándoles a reencontrar su significado o propósito de vida, así como la búsqueda de acciones que promuevan la generación de su bienestar de la mano de expertos en el área de la salud mental, erradicando los mitos y dejando creencias como que “solo quiere llamar la atención” de lado.
En un mundo donde el estigma en torno a la salud mental persiste, es esencial recordar que cada acción empática y cada muestra de apoyo pueden marcar la diferencia en la vida de alguien que lucha contra sus propios pensamientos.
Recordemos la importancia de escuchar, entender y cuidar a quienes más lo necesitan” concluyó.
Para saber más:
El suicidio es un problema de salud pública en el mundo y también en México. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2021, 8 mil 447 suicidios fueron consumados en el país.
Foto: Cortesía.