Entretenimiento ¿Vs. Inteligencia Artificial?
Es innegable que la evolución de la inteligencia artificial representa un avance significativo que permite hacer eficientes los procesos en la mayoría de las industrias. Sin embargo, también genera algunos escenarios desfavorables que deben evaluarse.
En la segunda década del siglo XXI, la sociedad transita hacia una cuarta revolución industrial caracterizada por una serie de fenómenos asociados a las nuevas tecnologías, de entre las que destacan los sistemas de procesamiento de Big Data, el Internet de las Cosas y, por supuesto, la inteligencia artificial.
“Es innegable que la evolución de la inteligencia artificial a formas más complejas representa un avance significativo, pues permite eficientar procesos en la mayoría de las industrias. Sin embargo, también es una realidad que genera algunos escenarios desfavorables que deben evaluarse”, consideró la Mtra. Nathalie Canizales Reyes, coordinadora del programa de Maestría en Derecho, en la Escuela de Derecho de CETYS Universidad Campus Mexicali.
Una de las industrias que recientemente ha sido testigo del impacto que la inteligencia artificial puede tener en sus agremiados, es la del entretenimiento.
Dado que el uso de la inteligencia artificial permite desarrollar creaciones susceptibles de ser protegidas a través del derecho de autor (obras literarias o artísticas) a partir de otras generadas por autores previos, o bien, emplear rasgos que facilitan la identificación de una persona, como la imagen o la voz a través de los deep-fakes o ultrafalsos, se ha generado no sólo un problema en la determinación de la autoría o titularidad de los derechos sobre las mismas o el pago de regalías, sino también una posible vulneración a los derechos de terceros.
Un escenario de esta naturaleza podría incluir la posibilidad de que, en futuras producciones, se utilice un número considerable de efectos visuales generados a través de la inteligencia artificial, permitiendo incluso que los actores sean reemplazados utilizando el procesamiento de voz e imágenes para generarlos a partir del modelado en 3D, o bien, del reconocimiento facial.
“Esta última situación se ha presentado ya en algunos países al haberse creado un ultrafalso de un actor ya fallecido, sin autorización alguna de los causahabientes, lo que nos lleva entonces a considerar que quizás, en el futuro, no será necesaria la contratación de actores puesto que la creación de sus avatares será tarea sencilla para la inteligencia artificial”, alertó la coordinadora.
En el caso de la generación de obras artísticas que deriven de otras existentes, podría suceder que, a través del uso de la inteligencia artificial generativa se instruya a la misma para crear nuevos guiones a partir de otros diversos que le sean incorporados al algoritmo; esto es, que el software sea alimentado con imágenes, textos y sonidos respecto de los cuales no se han pagado derechos de autor.
Estos planteamientos constituyeron una base importante para la huelga que inició en mayo de 2023 por parte del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA) y que posteriormente fue respaldada por el Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG-AFTRA), a través de la cual, no sólo reclamaban de la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) mejores condiciones laborales sino que, ante el inminente temor de una sustitución por parte de la inteligencia artificial, también se oponían a su uso como herramienta para facilitar trabajos de guiones o de representación.
Tras meses de negociaciones, el pasado 26 de septiembre se llegó a un acuerdo, llegando la huelga de la WGA a su fin. Algunos de los acuerdos sometidos a consideración de WGA en el ámbito de la inteligencia artificial, y que estarán vigentes los próximos tres años, consisten en que no será posible utilizar la inteligencia artificial para escribir o reescribir guiones o material literario ni podrá quitársele crédito a un guionista cuando emplee inteligencia artificial para generar el contenido.
Además, los guionistas podrán emplear herramientas de inteligencia artificial sólo en los casos en que la empresa manifieste su consentimiento y se ajuste a los lineamientos diseñados para ello y no podrá obligarse a los guionistas al uso de herramientas de esta naturaleza, reservándose el sindicato el derecho a decidir si los trabajos realizados por los guionistas pueden o no ser utilizados para alimentar o entrenar inteligencia artificial.
Estos acuerdos fueron aprobados por los agremiados del WGA en días pasados y permanecerán vigentes del 25 de septiembre de 2023 al 01 de mayo de 2026.
Para el caso de los agremiados al SAG-AFTRA, a pesar que presentaron una propuesta de acuerdo el pasado 11 de octubre, éste no fue aprobado y las negociaciones han sido suspendidas ante la diferencia de posturas.
Los agremiados refieren que los estudios se niegan, entre otras cuestiones, a garantizar protección contra ser reemplazados por la inteligencia artificial. De momento, se evalúan posibles estrategias por parte del sindicato, incluyendo una posible nueva huelga.
Mientras tanto, “esta cuarta revolución industrial ha llevado a la industria del entretenimiento a reevaluar sus condiciones de trabajo, en una sociedad en la que prevalecen las plataformas de streaming y el uso de herramientas de inteligencia artificial.
Se trata de cambios trascendentales que permiten identificar nuevas áreas de oportunidad para diseñar un marco normativo que se ajuste a estas nuevas modalidades de explotación de obras y formas de generación de material, sabiendo que, aunque la inteligencia artificial siga evolucionando, la creatividad humana es irremplazable y la inteligencia artificial no podría funcionar si no existe detrás un autor cuyas obras alimenten ese algoritmo”, concluyó la especialista.
Foto: Cortesía.