Hidrógeno Verde: Esperanza de energía limpia para el futuro
Su uso como combustible durante la transición a un mundo sostenible, pues su empleo puede reducir el índice de emisiones de carbono que afectan la atmósfera.
Para mejorar la calidad de vida de las personas y disminuir el impacto negativo al medio ambiente, buscar fuentes alternativas de energía es una prioridad para la agenda 2050 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Una opción viable es el uso de hidrógeno como combustible durante la transición a un mundo sostenible, pues su empleo puede reducir el índice de emisiones de carbono que afectan la atmósfera, al mismo tiempo que es capaz de abastecer la demanda energética.
El hidrógeno es el elemento más presente en la tierra, lo cual lo convierte en un recurso prácticamente inagotable. Bajo cierto tipo de condiciones las emisiones de este tipo de combustible son interesantes desde el punto de vista ambiental, ya que la reacción produce electricidad y vapor de agua; que se traduce en un impacto menor al medio ambiente, explicó el Dr. Juan Barroso, docente de los Posgrados y la Escuela de Ingeniería en CETYS Universidad Campus Mexicali.
Los impactos ambientales de las fuentes de combustibles fósiles como el carbón, petróleo y el gas natural, han representado un reto para la comunidad científica en la búsqueda de alternativas con un impacto ambiental mínimo o incluso nulo.
Dentro de esta tendencia emergente de energías limpias, desde hace 3 décadas se ha perfilado la propuesta de utilizar el hidrógeno como combustible. En años recientes, dicha propuesta ha experimentado una madurez sustancial que ha permitido a las empresas apostar por esta tecnología para su investigación y puesta en marcha.
El proceso para considerar al hidrógeno como un combustible limpio implica un método de separación de energía renovable. Su obtención es posible por electrólisis a partir de fuentes renovables que consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2), lo que le da el nombre de hidrógeno verde. “En caso de que la separación sea a moléculas que contienen carbón como lo son los combustibles fósiles (metano, por ejemplo), o bien que la energía consumida en la electrólisis sea proveniente de una producción basada en carbón, se le identifica como hidrógeno gris y pierde los beneficios de considerarse energía limpia”.
Una vez que se produce el hidrógeno, este fluido puede ser usado en celdas de combustible, así como en motores de combustión interna típicos como los actualmente usados en los automóviles. Sin embargo, el almacenamiento, transporte y los sistemas de distribución de hidrógeno representan un enorme desafío para la transición de energías fósiles con altas emisiones de dióxido de carbono a otras más amigables con el medio ambiente; esto es por las temperaturas bajas y la alta presión que el trabajar con la molécula H2 implica.
Pero, el reto de la separación y almacenamiento de hidrógeno es un tema multidisciplinario que concierne tanto a la sociedad, a la industria, la comunidad científica e instituciones educativas, consideró el académico, puesto que el manejo de la energía es parte de la vida cotidiana de todas las personas.
“Creo que México está preparado para empezar a dar los primeros pasos en la transición a esta tecnología ya que es un tema prioritario y que nos involucra a todos; ya que la energía está presente en las actividades diarias, medios de transporte y el quehacer cotidiano”.