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Bienestar subjetivo en México, a la baja.
Así lo esta señalando la Asociación Mexicana de Psicología y Desarrollo Comunitario, quienes consideran que los indicadores de bienestar auto reportado de la población urbana de enero 2023, publicados por el INEGI, son una fuente de preocupación que debería de alarmar a las familias, considerando la falta de servicios de salud mental en el sistema de salud, profundamente deteriorado desde la aparición del IMSS bienestar, además de las violencias que se encuentran imparables en las calles.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presenta sus cifras más recientes sobre tres dimensiones del bienestar subjetivo de la población adulta urbana en México:
1) balance anímico,
2) nivel de satisfacción con la vida en general y con ámbitos específicos de la misma, y
3) nivel de eudemonía o bienestar espiritual, que se relaciona con el sentido de propósito en la vida.
El Módulo Básico de Bienestar Autorreportado (BIARE Básico) acompaña, el primer mes de cada trimestre, a la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO). Desde el tercer trimestre de 2013 hasta la fecha, ofrece información representativa de la población adulta concentrada en 32 ciudades del país.
El balance anímico general de la población se construye con base en los estados de ánimo que la persona experimentó el día anterior a la entrevista. A los estados anímicos positivos se restan los negativos. El balance se expresa en un rango de -10 a 10.
En enero de 2023, el promedio del balance anímico de la población adulta fue positivo: se ubicó en 6.5. Este balance tiende a ser mayor en los hombres que en las mujeres: los niveles fueron 6.8 y 6.2, respectivamente.
El menor nivel de satisfacción en el ámbito personal fue el tiempo libre (7.8). En el ámbito de lo público, la seguridad ciudadana fue la de menor calificación (5.4). De los 12 dominios considerados, ocho presentaron una disminución respecto a enero de 2022, mientras que cuatro mantuvieron el mismo nivel.
La asociación hace un llamado urgente a los directores del IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud, a que se generen políticas públicas de calidad en salud mental, que a la fecha no se ven en los resultados de la población.
Ofrecen brindar atención especializada e integral a 10 mil personas cada año, buscando mitigar la alta demanda de servicios de salud mental y falta de operación de la reforma a la ley de salud en temas de salud mental en los estados, donde la simulación sigue y los presupuestos siguen desviándose beneficiando únicamente a pocos médicos y farmacéuticas.
Foto: Cortesía.
