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Zapatos Rojos: el dolor de la pérdida y la reconciliación con el pasado

El protagonista es el actor natural Eustacio Ascasio

La ópera prima de Carlos Eichelmann Kaiser compite en la sección de Largometraje Mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia 

 

 

Por Amelia Rojas, enviada 

 

El viaje que emprende un padre al que le notifican que su hija fue víctima de feminicidio y debe ir a sepultarla, es el que presenta la película mexicana “Zapatos Rojos”, que luego por su paso por la Muestra Internacional de Cine de Venecia, compite por el máximo reconocimiento del Festival Internacional de Cine de Morelia.

 

Ópera prima de Carlos Eichelmann Kaiser, Zapatos Rojos narra el recorrido de Tacho, personaje interpretado por el actor natural Eustacio Ascacio quien debe ir en busca de su hija, con quien no volvió a tener contacto en los últimos 30 años. Desde el árido desierto este personaje emprende el viaje a la Ciudad de México, donde se enfrenta a la indiferencia de la burocracia, a la inmensidad de una ciudad y donde conoce a Damiana, una joven que lo adopta y lo acompaña en su travesía y que es interpretada por Natalia Solián (Huesera)

Carlos Eichelmann comenta que su postura con Zapatos Rojos es abordar la violencia de género desde lo emocional, sin ser panfletario ni ofrecer una postura política, porque así permite que el espectador reflexione de manera más natural.

 

“No pensé mucho en querer hacer esta reflexión, no sé, de manera cartesiana, es decir lo que quise es abordar el problema más poético, muy emocional, manejable, huí de que la película se convirtiera en un panfleto.

No me interesaba ser político ni provocador, me interesaba hacer una plantear una reflexión desde lo emocional. Para mí cuando quieres hacer una reflexión profunda tiene que ser a través de las emociones, porque las emociones no tienen barreras, no están acotadas por una educación, una programación o experiencias universales y son infinitas”.

 

También por ello, tomó la decisión que la narrativa fuera alejada de dramatismo, con un tono agridulce y con un lenguaje muy formal del cine.

 

“La cámara es absolutamente formal para que haya una distancia, para que la reflexión se provoque para que el espectador tenga cierta expectativa y la reflexión tenga distancia.

Y no ser tramposos y no tener esta cámara que se mueve, que está todo el tiempo con los personajes que es interesante, pero en esta historia queríamos mucha, verdad”.

Para Don Eustacio fue su primera experiencia en el cine, fue selecionado por el mismo Carlos Eichelmann por sus caracteristicas físicas que daban cierto tono de aspereza al personaje. Su desarrollo fue con un coaching de actuación y un método que desarrolló el propio actor para empaparse con el personaje, aunque en su historia de vida, vivió de la perdida de un hijo que me permitió tener empatía con el personaje a interpretar.

 

Zapatos Rojos es una historia de contrastes, como explica Carlos Eichelmann al ofrecer con cada locación, diversas caracteristicas a la historia. La áridez del desierto, señala es más masculino, la ciudad de México es femenina. “Yo soy San Luis Potosí y me acuerdo mucho cuando llegué a vivir a la Ciudad de México, como buen provinciano, me impresionaron muchas cosas que intenté plasmar en la película. Mucho de lo que hay en la ciudad son experiencias que tuve yo, muy personales con la ciudad”.

 

Carlos Eichelmann señaló que con Zapatos Rojos buscó curar heridas personales y con lo que permitió que otras personas también lo hicieran, como el propio Eustacio, por lo que espera que los espectadores puedan hacer lo mismo.