AMIIF | Adultos mayores y vacunación

Durante las próximas tres décadas, se prevé que en el mundo el número de personas mayores aumente a más del doble, llegando a más de 1,500 millones de personas en 2050.

Uno de cada cuatro latinoamericanos será mayor de 60 años para 2050, por lo que el envejecimiento poblacional en las Américas será uno de los más acelerados en comparación con otras regiones del planeta, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Según el organismo, en aproximadamente 20 años por primera vez habrá más personas mayores que niños menores de 14 años.

¿Las vacunas protegen a los adultos mayores? ¿Es necesario llevarla a cabo?

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Las vacunas pueden prevenir enfermedades graves entre los adultos, como la difteria, enfermedad meningocócica, enfermedad neumocócica, hepatitis A, hepatitis B, herpes zóster, influenza, paperas, rubéola, sarampión, tétanos, tosferina, varicela y el virus del papiloma humano.

El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington estima que solo en 2017, las infecciones de las vías respiratorias inferiores (incluidas la neumonía y la influenza) provocaron más de 1.5 millones de muertes en personas de 50 años o más en el mundo, sobre todo en países de bajos ingresos, y se contabilizaron por 23 millones de años de vida perdida, una medida de muerte prematura, de acuerdo con la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA por sus siglas en inglés).

Esta carga constante de enfermedades prevenibles crece frente a la ausencia de una política global integral sobre inmunización de adultos.

¿Los adultos mayores se vacunan?

El problema de las bajas tasas de vacunación entre los adultos no se limita a Estados Unidos, dice Lois Privor-Dumm, pues menos de la mitad de los países recomiendan públicamente que los adultos mayores se vacunen contra la influenza.

El esquema de vacunación del adulto mayor en México cuenta con tres vacunas: la neumocócica polisacárida, la de tétanos-difteria, así como la de influenza estacional, de acuerdo con el IMSS.

La Asociación Mexicana de Vacunología agrega: Culebrilla (Herpes Zóster), Sarampión, Rubéola y Parotiditis (para aquellas personas no vacunadas y que no padecieron la enfermedad), Varicela (para aquellas personas no vacunadas y que no padecieron la enfermedad), Hepatitis A3 (para aquellas personas no vacunadas y que no padecieron la enfermedad), Hepatitis B4 (se aplica a personas no vacunadas o con esquema incompleto), Meningococo (se aplica a personas no vacunadas o con esquema incompleto), Tifoidea, Dengue (se aplica a personas que ya padecieron la enfermedad) y Fiebre amarilla (se aplica a personas que viajen a zonas endémicas de la enfermedad)

¿Cómo reciben las vacunas los adultos mayores?

Uno de los ejemplos más claros es el de la vacunación por autorreporte contra la influenza en este grupo es de 53.9%, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre COVID-19.

Mientras que la vacunación por autorreporte contra el neumococo en este grupo es de 31.6%.

En 2012 la cobertura de vacunación contra la influenza en adultos de 60 a 64 años fue del 56%, mientras que la cobertura contra el tétanos y la difteria fue de 66.2%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública.

Necesitamos de un trabajo colaborativo, los registros son una clara prueba de que aún hay mucho por hacer.

¿Son prevenibles las vacunas en los adultos mayores?

El riesgo de enfermedades infecciosas no termina con la niñez, pues existen claras oportunidades para prevenir enfermedades durante toda la vida y hasta la vejez.

A pesar del compromiso con el concepto de prevención, la mayoría de los países aún no han adoptado la inmunización de por vida.

Las barreras incluyen preocupaciones sobre el financiamiento, la relativa complejidad de una población heterogénea, la falta de una plataforma universal de administración de vacunas para adultos y una amplia base de evidencia para respaldar el valor de las vacunas más allá de la infancia.

Algunas de las razones por las que los países no dan prioridad a la vacunación de los adultos mayores incluyen presiones presupuestarias y prioridades contrapuestas. Además, las vacunas también pueden ser subóptimas para la población anciana y los países pueden desconocer la carga de morbilidad.

¿Cuáles son las 10 enfermedades geriátricas más comunes?

1. Artritis/Artrosis

6. Problemas de vista/oído

2. Diabetes

7. Hipertensión

3. Desnutrición/Obesidad

8. Infarto

4. Alzheimer/ Demencia senil

9. Agrandamiento de próstata

5. Parkinson

10. Osteoporosis

¿En qué se concentra la innovación para este segmento de la sociedad?

En los últimos 30 años, los biotecnológicos se han convertido en una parte importante de la medicina moderna. Antes de que fuera sintética, la insulina, utilizada por las personas que viven con diabetes para regular el azúcar en sangre, fue la primera medicina moderna producida mediante métodos biotecnológicos, de acuerdo con IFPMA.

Desde entonces, muchos medicamentos bioterapéuticos suministrados por la industria farmacéutica han sido desarrollados y autorizados para tratar enfermedades graves como cáncer, enfermedades cardíacas, esclerosis múltiple, anemia y artritis reumatoide.

Los productos bioterapéuticos tienen la capacidad de dirigirse a moléculas específicas dentro del cuerpo humano y tienen un buen historial con la seguridad del paciente.

Las innovaciones en medicina han contribuido a un envejecimiento saludable y la industria farmacéutica ha desarrollado innumerables medicamentos para combatir enfermedades que afectan negativamente al proceso de envejecimiento.

En Estados Unidos…

Para 2014 se desarrollaban más de 430 medicamentos para 10 afecciones principales que afectaban a los estadounidenses de edad avanzada:

Hipotiroidismo adquirido

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

Alzheimer

Depresión

Anemia

Diabetes

Artritis

Glaucoma

Enfermedad renal crónica

Enfermedades del corazón

¿Ejemplos de mejora?

Las terapias con estatinas ayudan a controlar los niveles de colesterol y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.Los tratamientos y estrategias mejorados para la artritis reumatoide han reducido la discapacidad asociada con la enfermedad en un 50 por ciento.

Las innovaciones denominadas nuevos anticoagulantes orales (NOAC) reducen riesgos de ataques cerebrovasculares.

¿Cómo lograr un envejecimiento saludable?

De acuerdo con la OMS, el envejecimiento saludable es el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. La inmunización de adultos mayores es fundamental en este contexto, por lo que es importante que los responsables de crear políticas públicas y las personas en general vean el envejecimiento saludable como una prioridad, y que se comprenda el valor de proteger a los adultos mayores de enfermedades infecciosas. Se necesitan impulsar programas y políticas que prevengan enfermedades durante toda la vida.