En Acapulco, caben todos
El puerto de nueva cuenta es el preferido para disfrutar de las fiestas de fin de año.
El atardecer lanza sus últimos rayos del sol del 2021. La costera de Acapulco está llena de vehículos en ambos sentidos, al entrar a la playa Papagayo, sorpresa, también está llena. Muchos turistas, para donde gustes voltear a ver, muchos turistas.
En esta época del año, el mar se aleja unos metros de la orilla, deja tras de sí delgadas estelas de agua, que hacen brillar la arena a lo largo de la playa.
Haciendo un breve recorrido, se puede percibir el apartado de espacios sobre la arena con mesas para la media noche; preparativos de una boda; vendedores ambulantes tratando de hacer una última venta; niños que siguen jugando en la arena; Adultos que aprovechan para darse un último chapuzón; otros se envuelven en toallas; en su mayoría son foráneos, los locales ya saben que tienen el día siguiente para apoderarse de las playas, el último día lo dejan para los turistas.
A lo lejos, sobre la bahía, se ven a los yates enfilarse a los distintos muelles, mientras que, algunas lanchas ribereñas traen tras de sí las plataformas que contienen los fuegos pirotécnicos, los cuales serán quemados a media noche, como ya es una tradición desde hace muchos años, los cuales harán sonreír y gritar de jubilo a más de uno, quizás hasta llorar a otras más. Ha sido un año de contrastes.
Mientras que las autoridades de Turismo señalan que que se tiene contemplado a más de 300 mil turistas y una ocupación promedio del 75%, el puerto está a reventar. Solo hay que ver las luces encendidas de los condominios, casas, departamentos, hoteles, todo ocupado, son pocos los lugares que aún tienen alguna habitación disponible.
Entre 600 a 800 mil personas están en la ciudad para festejar el año nuevo. Claro, muchos prefieren resguardarse, pero la gran mayoría tienen abarrotadas las playas. En esta época del año en que el país sufre frentes fríos, en el puerto parece verano
Muchos están tomando revancha de la nula fiesta del año pasado. Muchos ya están hartos, tanto que andan por las calles sin el cubrebocas. Ojalá el próximo mes no sea tan grave en cuanto a contagios y defunciones, como en otros países. Ya no estamos para soportar otro semáforo en rojo. A nadie le conviene, pero nadie quiere ceder. Ni el pueblo, ni el gobierno, ni la pandemia.
De vuelta a casa, veo a lo lejos a unos albañiles que están festejando, paso a su lado, no hablan español, su acento es francés, ríen alzando las caguamas al aire. Encontraron trabajo como peones. Cuidan la maquinaria. Festejan el año nuevo. Total en Acapulco, caben todos.
Texto: Miguel Benítez.