Proactividad en el envejecimiento: Desde antes de la tercera edad
Si bien, el paso del tiempo no se puede detener o pausar, trabajar desde etapas previas en la búsqueda de una vejez activa, es altamente recomendable.
A medida que las personas envejecen, es natural que surjan preguntas sobre cómo mantener la agudeza mental y preservar sus habilidades cognitivas esenciales. Desde la memoria hasta la capacidad para hacer juicios y resolver problemas, existe un conjunto de estrategias que pueden ayudar a mantener la función cognitiva en la vejez.
Cuando llega, la vejez trae consigo cambios notables en los ámbitos cognitivo, emocional y social. Uno de los aspectos cruciales es el deterioro cognitivo que puede acompañar el proceso de envejecimiento, afectando áreas como la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva y la atención selectiva.
Sin embargo, no suelen observarse cambios drásticos en el conocimiento de palabras, la memoria procedimental ni la concentración, explicó la Mtra. América García, coordinadora de la Maestría en Gerontología Social de CETYS Universidad, Campus Mexicali.
Ante este panorama, es vital crear conciencia sobre el envejecimiento saludable, que se refiere a fomentar y mantener la capacidad funcional que propicia el bienestar en esta etapa de la vida.
En el ámbito social, se recomienda promover actividades que permitan a los adultos mayores compartir sus vivencias, temores y aspiraciones, fomentando la interacción y el apoyo mutuo. Sumar actividades laborales o físicas al componente educativo puede contribuir a la reserva cognitiva del adulto mayor. Por último, una rutina de actividad física constante y una alimentación equilibrada demuestran tener un impacto positivo en la reserva cognitiva.
Si bien, el paso del tiempo no se puede detener o pausar, trabajar desde etapas previas en la búsqueda de una vejez activa, plena respecto a las capacidades mentales y emocionalmente satisfactoria, no sólo es viable, sino también altamente recomendable. Para lograrlo, la académica brindó las siguientes estrategias prácticas que pueden abonar en plenitud:
Realizar caminatas de 10 a 30 minutos diariamente
Participar en actividades como yoga, tai chi, natación, baile (como el danzón) o cualquier otra preferida
Evitar el aislamiento social
Participar en eventos sociales como reuniones familiares, actividades en centros comunitarios, excursiones o viajes y fomentar la participación en conversaciones
En un entorno informal, involucrarse en actividades como crucigramas y sopa de letras, así como juegos didácticos como dominó, rompecabezas y memoramas.
En contextos formales, acceder a terapias de estimulación cognitiva individual o grupal.
Vivir el proceso en compañía y con la guía de expertos en el área de la salud física y mental, apoyados de la gerontología social, aumenta las probabilidades de lograr una senectud activa y sana. “Los gerontólogos pueden desarrollar estrategias específicas en los ámbitos mencionados previamente, priorizando el envejecimiento saludable y la calidad de vida de los adultos mayores a través de una atención integral.
La labor de estos especialistas es esencial para garantizar que este valioso segmento de la población siga contribuyendo activamente a la sociedad y experimentando una vida plena en su etapa dorada”, concluyó la coordinadora.
Foto. Cortesía.