La Magia Gastronómica del Restaurante Nakú
Ofrece una gran experiencia totonaca en el Pueblo Mágico de Papantla.
Desde hace ocho años, el restaurante Nakú ubicado en el Pueblo Mágico de Papantla, se ha dedicado a preservar y promover la cultura totonaca a través de la gastronomía. Su compromiso con la comunidad no sólo tiene que ver con rescatar recetas tradicionales del Totonacapan, sino que también busca generar empleos (95% de los colaboradores son provenientes de comunidades totonacas) y apoyar a los agricultores locales.
Al llegar, el restaurante evoca a la arquitectura local con una casona de piedra, de estuco y teja, aunada a una choza de palma y horcones de chijol, que conjuga dos tipos de construcción que se mezclaron durante la conquista. En el lugar hay elementos como cocina y horno de leña, instrumentos de barro que recuerda las técnicas y sabores ancestrales.
El restaurante está rodeado de naturaleza, en un terreno de casi 7 hectáreas donde también se cultivan hierba santa, vainilla, maíz, frijol, calabaza, plátano, y otros elementos más que conforman algunos de los platillos del restaurante.
En las comunidades totonacas existe un ritual donde las niñas, de 2 a 3 años son “ofrendadas” frente al altar, y entre salmos, ahumeos y alabanzas reciben el don de la gastronomía. Entre las virtudes que adquieren está el de cocinar rico; habilidades en manos para no quemarse, y por último, cocinar con lo que provee la madre tierra, como hierbas endémicas y productos del campo local. Así, la cocina de Nakú, en su mayoría está a cargo de mujeres totonacas que en su infancia formaron parte de ese ritual.
Cada platillo de la carta lleva su nombre en totonaco, y destacan los camarones en pulque con vainilla, espolvoreadas de pipián (tortillas al comal con manteca y pipián), pulacles (tamales de frijol), mole papanteco con guajolote o el mole ranchero de pata de cerdo ahumada y la costilla Nakú, Los platillos llevan como guarnición los frijoles de olla akgchuchut que se cocinan a la leña con chayote, calabaza, chicharrón y pipián. De postres, no te puedes perder la nieve o natilla de vainilla.
Nakú busca trasladar en los visitantes las raíces prehispánicas desde las técnicas, los ingredientes y el vínculo profundo que tiene su cocina con la naturaleza y las bondades que recibimos de la madre tierra. Por ello, en ese espacio también se realizan recorridos al sendero interpretativo con plantas medicinales, donde un médico tradicional explica las propiedades curativas de cada planta.
También puedes visitar un vainillal, que se cultiva bajo el sistema tradicional de cultivo llamado acahual. Para el recorrido, el experto en materia te adentra en el proceso a través de un sensorama, donde, con los ojos vendados, te muestran la vainilla y sus propiedades a través de atomizadores de vainilla y música prehispánica.
Foto: Cortesía.