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Museo Cabañas destaca obra de María Izquierdo frente al muralismo mexicano

Pagina Zero - Hospicio Cabañas

Se inaugurará el sábado 10 de septiembre de 2022.

Como parte del programa del Centenario del Muralismo Mexicano, y respondiendo al cuestionamiento de dónde estaban las mujeres en el desarrollo de este movimiento artístico social de nuestro país, el Museo Cabañas presenta la exposición María Izquierdo. Entre sueño y presentimiento, que se inaugurará el sábado 10 de septiembre de 2022.

La exposición gira en torno a una importante pintura al óleo, que lleva por título Sueño y presentimiento (1947), y, a través de ella, se plantea una vasta gama de aspectos centrales de la trayectoria de Izquierdo, de su lenguaje pictórico y de su ardua batalla para conseguir visibilidad y reconocimiento público como mujer creadora en los decenios de los treinta y cuarenta del siglo pasado.

La pieza principal estará acompañada por documentos de su archivo, fotografías y textos en los que también se buscará reflexionar en torno al panorama que enfrentaron las creadoras de aquellos tiempos en el desarrollo del muralismo mexicano.

Rompiendo esquemas

María Izquierdo con dos pequeños hijos, recién separada se mudó a la Ciudad de México en 1928; sacudiendo los moldes conservadores, ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde estudió bajo la tutela del pintor Germán Gedovius.

Su primera exposición individual en la Ciudad de México fue en 1929, y poco después mostró su trabajo en el Arts Center de Nueva York, convirtiéndose en la primera mujer mexicana en exponer individualmente en los Estados Unidos.

En 1936 adoptó algunos principios del surrealismo y con las ideas de vanguardia de la época fue forjando su estilo.  A finales del decenio de los cuarenta, los problemas físicos y emocionales que sufría María marcaron claramente su última etapa productiva, la más intensa, la más profunda y la más dolorosa. Sueño y presentimiento, única obra que se expondrá en esta exposición del Museo Cabañas es una pieza clave de ese momento de su vida, inspirada en un sueño: desde una ventana se le ve sosteniendo su cabeza llorosa, en medio de una escena lúgubre, con algunos símbolos religiosos.

Esta pieza puede considerarse una obra única y parteaguas dentro de la producción de Izquierdo. “Por un lado, acusa los cambios de dirección conceptual y temática de la artista —cercana a la pintura metafísica —por la influencia de Giorgio Chirico—, la presencia del paisaje como personaje activo en la composición, los tintes oníricos, el empleo del color— y por el otro, profundiza la exploración de la subjetividad, si bien presente desde sus obras tempranas. La pieza también es singular porque anticipa, de manera premonitoria, la pérdida de su salud a causa de una hemiplejía (un año después) que le impidió pintar durante un largo tiempo”, en palabras de la curadora de la exposición. Izquierdo se vinculó a los Contemporáneos, un movimiento de vanguardia literaria que buscaba crear una estética moderna que incluyera elementos autóctonos y al mismo tiempo le ototgara un carácter universal al arte mexicano.

El mural del Palacio

Algunos historiadores del arte mexicano apuntan que sufrió por el monopolio de los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, quienes, se dice, bloquearon sus esfuerzos por pintar murales en la Ciudad de México: en febrero de 1945, María tuvo una oportunidad de elaborar un mural del Palacio de Gobierno de la Ciudad de México. Se difundió la noticia ya que sería la primera vez que una mujer podría llevar a cabo tal misión en nuestro país. El proyecto fue un encargo solicitado por el entonces Jefe de Gobierno, Javier Rojo Gómez. Todo estaba listo y “después de algunos inconvenientes y una remodelación que se hizo al edificio, se le informa sobre la cancelación del proyecto, otorgándole a cambio un mercado o escuela o cualquier otro edificio para plasmar su pintura. María Izquierdo rechazó la oferta”, según la revista Quixe. Corazón de Cultura y Humanidades. Después de “una junta privada previa convocada por Rojo Gómez, en la que participarían Rivera y Siqueiros. Según la historiografía documentada, ambos pintores rechazaron la idea de que fuese ella quien realizara una obra de tal magnitud, al considerarla incapaz por falta de experiencia y técnica”.

A pesar del duro revés, María Izquierdo continuó con la pintura de caballete, ganando prestigio y madurando su técnica. El Museo de Arte Moderno trabajó en recuperar la memoria histórica del archivo de la creadora, declarado en 2002 Patrimonio Artístico Nacional, y que posteriormente adquirió el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Planteamiento curatorial:

María Izquierdo fue una mujer de multifacética: además de su trabajo artístico, fue una activa promotora de la labor de otros artistas —en particular mujeres—, a través de proyectos específicos y como galerista. Generó redes de colaboración e intercambio; tuvo un reconocido papel como crítica de arte, pugnó por una mayor participación de las artistas mujeres en proyectos de arte público (muralismo) y fue una voz combativa en el escenario cultural mexicano y latinoamericano. La curaduría toma como eje articulador esta obra, Sueño y presentimiento, a manera de espejo, y retoma la figura desdoblada de María Izquierdo para ahondar en sus múltiples facetas. 

La curadora invitada: Brenda Caro Cocotle

Brenda Caro Cocotle ((Xalapa, Veracruz), es licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Veracruzana, maestra en Museos por la Universidad Iberoamericana y doctora en Museum Studies por la University of Leicester, Leicester, Inglaterra. Trabajó en la Coordinación Nacional de Artes Plásticas, INBAL; en la Coordinación de Difusión Cultural, UNAM; en el Museo de Arte Moderno; en el Museo Universitario del Chopo y en el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Ha sido profesora en la Universidad del Claustro de Sor Juan, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la Escuela Veracruzana de Cine “Luis Buñuel” y en la facultad de Historia de la Universidad Veracruzana. Actualmente, es Coordinadora Curatorial en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

Foto: Cortesía.