Presentan la 'Caja conmemorativa' de la colección Molinos de viento

En actividades de la FILUG, presentarón la selección que incluye obras de Carlos Montemayor; María Baranda, Beatriz Espejo, Esther Seligson, Víctor Hugo Rascón Banda y Jorge Arturo Ojeda.
“Sobre los molinos de viento me gusta pensar que en el fondo están los deseos de hacer cosas, tal como hizo aquel caballero que se lanza a la vida y no se arredra para cumplir ciertas ilusiones, pese a las golpizas que sufre; es por ello que me encanta el título de esta colección, creada en 1981 por Carlos Montemayor”.
Así se expresó Lilia Solórzano, escritora y profesora-investigadora del Departamento de Letras Hispánicas de la Universidad de Guanajuato, al presentar la Caja conmemorativa Molinos de Viento –elaborada en ocasión del quincuagésimo aniversario de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)–, en el marco de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Guanajuato (FILUG) 2025.
Solórzano reconoció el hecho de haber incluido en esta edición conmemorativa al propio Carlos Montemayor, porque “tiene un registro amplísimo de escritura”, ya que va desde títulos que estudian las poblaciones indígenas, en particular a los tarahumaras, hasta otros que abordan la guerrilla urbana, específicamente el asalto al Cuartel Madera y la formación de la Liga Comunista 23 de septiembre, temas que todavía hoy se siguen discutiendo.
En su narrativa, quien fuera el primer coordinador de Difusión Cultural de la UAM documentó muchos casos de injusticias en México, como la que orilló a la guerrilla de Lucio Cabañas, comentó.
“Celebro que como poeta se haga presente en la colección con una antología personal que además es muy bonita, porque se trata de lo que eligió alguien que hablaba latín, griego y algunas lenguas originarias como maya, zapoteco y náhuatl, cuya poesía no es de altas figuras retóricas sino una que nos permite ver un mundo más transparente”.
Por tanto, “esta colección que es un excelente regalo para sus lectores porque además de Carlos, la integran Beatriz Espejo, con Oficios y Menesteres; María Baranda, con El jardín de los encantamientos; Víctor Hugo Rascón Banda, con Voces en el umbral; Esther Seligson, con Indicios y quimeras, y Jorge Arturo Ojeda, con Sabiduría”.
Se trata de pequeños ejemplares de lectura, rápida, pero muy atenta, destacó la especialista.
Del ejemplar de la periodista y narradora Beatriz Espejo dijo que es sobre “la marquesa Calderón de la Barca, que fue una de las primeras mujeres en arribar de Europa al México independiente, que en una especie de epistolario da a conocer esa mirada que no deja de ser extranjera, pero muy peculiar de geografía, costumbres y gastronomía, que nos descubren otros rasgos de nuestro propio territorio.
A este se agregan otros ensayos de la autora sobre mujeres, como la historia de una poeta del siglo XIX, Josefina de Pepita, quien buscaba el permiso para ir a la universidad y aunque le niegan esta posibilidad sigue escribiendo y cuando la lee Amado Nervo queda deslumbrado por sus versos.
Beatriz Espejo dedica otro a Rosario Castellanos desde una mirada diferente, incluso un poquito dura, pues la describe como alguien inteligente, la hace ver como una mujer con una voluntad de ser escritora profesional, lo cual no existía, no solo para las mujeres, sino también para los hombres.
Basta recordar que los primeros escritores profesionales; es decir, aquellos que se dedicaron exclusivamente a las letras, que obtuvieron becas y les pagaban por hacerlo, fueron la generación de medio siglo, ya que anteriormente se dedicaban a otra cosa y escribían cuando les era posible, sin embargo, no vivían de la literatura.
Jorge Arturo Ojeda, coeditor de esta colección, anotó que en ella se han publicado alrededor de 190 títulos que constituyen “un conjunto de voces y de intenciones muy distintas”, pero en el ejercicio de pensar cómo se verían estos libros hoy, es de destacar la “pericia editorial de quienes editaban en ese momento en la UAM, aunado a la vigencia de los textos mismos”.
Sobre la razón de publicarlos hoy, comentó que “gran parte de ello tiene que ver con un ejercicio de observación y de cómo dar cuenta de la historia editorial de la UAM.
Destacó que el diseño de esta edición conmemorativa pertenece al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, primer rector de la Casa abierta al tiempo.
Pensar a la cultura como un lugar protagónico del proyecto universitario como el que implicó el nacimiento de la UAM en 1974, fue uno objetivos de Carlos Montemayor, quien fuera el primer director de Difusión Cultural de esta casa de estudios y creara en su gestión la colección Molinos de Viento, la primera colección literaria de la Universidad.
Por María Teresa Cedillo Nolasco.
Foto: Cortesía | UAM