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Chiul es Memoria: En Guatemala ¡sí hubo genocidio!

ArnulfoOxlaj

Entre 1960 y 1996 se practicaron actos genocidas, por parte del Estado guatemalteco, con la intencionalidad de destruir total o parcialmente al pueblo maya.

El pasado 25 de junio se realizaron las elecciones generales de Guatemala con resultados desalentadores para el pueblo Maya: Primero, con la eliminación de las dos únicas organizaciones políticas que representaban los intereses mayas; y, segundo, porque ninguno de los dos candidatos que van a la segunda vuelta ofrecen propuestas en beneficio del pueblo maya; solo una líder del pueblo originario de Guatemala forma parte del Congreso de la República.

¿Qué significa históricamente la candidatura de Bernardo Arévalo en Guatemala?

El actual candidato, Bernardo Arévalo, es familiar del expresidente Marco Vinicio Cerezo Arévalo (quien fuera presidente de 1986 a 1991), último responsable de la masacre de Chiul, Cunén, El Quiché, en 1988, en donde Arnulfo Oxlaj, niño Maya K’iche’, fue el único sobreviviente de entre 116 niños, hijos e hijas de los Ajq’ijab, guías espirituales, contadores y señores del tiempo mayas. Por ello, Arévalo representa la continuidad del legado de los genocidas en Guatemala, una ideología al servicio de la reacción y crueldad política, así como el fanatismo religioso extremista tanto católico y evangélico que atenta contra la seguridad y vida de los sobrevivientes mayas que buscan justicia.

Y es Bernardo Arévalo quien encabeza las estadísticas de la intención de voto presidencial del próximo 20 de agosto frente a la ex primera dama Sandra Torres, pero su posible elección significa repetir sistemáticamente la historia del estado de Guatemala, a favor de la impunidad que va en contra de los derechos humanos y de las víctimas; dentro de una sociedad que ha sido alienada a los valores de gobiernos racistas y de estructura patriarcal, por eso el favorito es él, porque él es hombre.

En Guatemala ¡sí hubo genocidio!

Entre 1960 y 1996 se practicaron actos genocidas, por parte del Estado guatemalteco, con la intencionalidad de destruir total o parcialmente al pueblo maya; siendo, este conflicto civil, uno de los más terribles del continente americano, debido a las graves violaciones a los derechos humanos, así como la violencia y saña con las que fueron cometidas.

La exhumación de los cuerpos de la masacre de Chiul y la criminalización del único testigo vital, Arnulfo Oxlaj.

Para el 28 de septiembre del 2021 estaba programada la exhumación de los cuerpos de la masacre de Chiul, Cunén, El Quiché, pero fue suspendida luego de que exmilitares intentaron secuestrar al único sobreviviente de la masacre de Chiul, Arnulfo Oxlaj. Así, a casi dos años de haberse evitado uno de los intentos más importantes en la búsqueda del inicio de la justicia; se ha tratado, además, a toda costa, de intimidar a Arnulfo Oxlaj, quien actualmente está siendo perseguido políticamente, criminalizado y amenazado de muerte, con el objetivo de silenciar y desacreditar su testimonio* acerca de la masacre para que este crimen de lesa humanidad continúe en la impunidad, luego de que el pasado 21 de mayo se cumplieran ya 35 años de la masacre en Chiul, Cunén, El Quiché.

Por ello, resulta de suma importancia insistir en que se lleve a cabo la exhumación de los cuerpos para con ello dar voz a las víctimas de esta masacre, al obtenerse la evidencia para su reconocimiento, reconocer la verdad y poder devolver los cuerpos a sus familias, e iniciar el proceso de construcción de paz.

“Nada apagará la llama de la sed de justicia que hay en nosotros, esto no detendrá la lucha, hasta lograr el reconocimiento del genocidio maya, la reparación digna a los sobrevivientes y garantizar que esta historia no se repita”. Arnulfo Oxlaj.

Testimonio de Arnulfo Oxlaj acerca de la masacre del 21 de mayo de 1988 en Chiul, Cunén, El Quiché:

Ese día, Arnulfo estaba jugando entre los restos de las cañas de milpa, en el mes de mayo de 1988, cuando de pronto fue rodeado por soldados, quienes lo empezaron a patear y golpear con ramas de durazno. Le gritaban: “Cerdo brujo salvaje, ¿dónde está tu padre y el resto de tu familia? ¡Hijo de la gran puta, por amor a Cristo Rey y nuestra virgen, dinos dónde está el demonio de tu padre y madre!”

Fue llevado brutalmente al destacamento militar. Al llegar ahí, ya había otros niños, hijos de ajq’ijab’, además de mujeres y hombres ajq’ijab’ suplicando por sus vidas. Los asesinos gritaban: “Eliminemos a estos brujos de mierda después de gozar con ellos.”

Los asesinos seleccionaron a tres mujeres entre los cientos de hombres y mujeres secuestrados. Las tres mujeres estaban embarazadas y fueron violadas por los soldados frente a todos los niños y familias, luego abrieron sus sagrados vientres y de cada uno salió una bolsa conectada a su ombligo. En cada bolsa había dos bebés. Las mujeres todavía lloraban. Finalmente las decapitaron y sus cabezas desprendidas del cuerpo todavía gritaban, sus cuerpos saltaban. Los asesinos prosiguieron a masacrar al resto de mujeres y hombres ajq’ijab’. A un hombre le despojaron la cabeza con una gran roca.

Arnulfo ese día tenía puesta una camisa multicolores porque, de acuerdo a la comadrona, al nacer tenía en su espalda algo así como un arco iris. Por eso, su mamá le tejió una camisa con todos los colores del arco iris y ese día la tenía puesta.

Los asesinos rompieron la camisa de Arnulfo Oxlaj y las de todos los niños por detrás con sus puñales y comenzaron a interrogarlos, azotándolos con ramas de mora. Las espinas secas de esas ramas hacían sangrar los rostros y las espaldas de niños y niñas, quienes gritaban. Muchos se orinaban por el dolor que les causaba la tortura y algunos hasta se desmayaron. Entonces dijeron los asesinos: “Les damos un plomazo a cada uno porque no podemos sacar información de estos demonios brujos. Llenemos de agua el sanitario para que no sean brujos ni siquiera en el infierno. Veamos cómo saltan como ranas en el pozo queriendo sobrevivir.”

“Yo estaba muy cerca del pozo, y si hubieran comenzado con los que estábamos cerca, yo no estaría aquí contando ese terrorismo que sufrí. Al haber llenado de agua el pozo, prosiguieron tirando los niños al pozo lleno de agua y de las mismas heces de los asesinos. Cada grito era el grito de un alma sediento de vida. Sediento para realizar sus talentos y dones, y que en ese momento se le estaba quitando todo. Caían en el pozo uno sobre otro”.

Fue tirado Arnulfo Oxlaj. Al llegar al pozo, el golpe era aterrador. Tiraron a dos más sobre él. En el pozo, los que estaban abajo jalaban los pies, pantalones, pelo y manos de los de encima. Unos se hundieron. Cada uno luchaba en el pozo por una sola esperanza de vida.

Hubo un momento en que Arnulfo se hundió. Después de una gran lucha, de repente hubo inmovilidad. La cabeza de Arnulfo quedó afuera, el resto de su cuerpo, enterrado entre los sagrados cuerpos de sus compañeros y compañeras. Hubo un gran silencio dentro del pozo. Los asesinos se reían y orinaban encima de los niños, gritando: “Gloria a Dios Padre e hijo Jesucristo y nuestra virgen María, hemos cumplido esta misión. ¡No más brujos en Guatemala!”

Arnulfo recuerda que después hubo lluvia. El dolor y la soledad se convirtieron en amigos. La muerte era cómo el abrazo de papá o mamá; hasta la muerte se puso triste.

Arnulfo Oxlaj estuvo dentro del pozo cuatro noches y cinco días. En la tarde del quinto día una mujer lo rescató. La mujer escribió en su nota: “Este niño Arnulfo Oxlaj no es humano corriente! No es igual de los que estamos acá, me parece bien raro.” Después, un suizo lo rescató y lo llevó al territorio de Xibalba. Ahora está en Suiza y ha estudiado en Londres, tiene una especialidad en filosofía, política y economía. Además, Arnulfo es ajq’ij porque sus abuelos ya lo habían iniciado, y es conocedor de la medicina maya.

La lucha por la memoria histórica es la herramienta que permitirá resignificar el doloroso pasado que ha vivido, el olvido es nuestro peor enemigo: https://chiulesmemoria.com/

Texto: chiulesmemoria. Foto: Cortesía.