Nenemi, un grito silencioso cargado de resistencia y esperanza
Esta pieza retrata la historia de cuatro migrantes que han dejado sus hogares para emprender su propio viaje hacia un destino incierto.
Más que una danza, Nenemi es un grito silencioso que llama a la resistencia y a la esperanza, es un doloroso camino cargado de anhelos, de despedidas vividas diariamente, mientras se emigra al norte persiguiendo el sueño de una vida más justa, así, sus viajeros andan sobre sinuosos caminos con la mochila llena de ilusiones y la expectativa de un mejor futuro.
Presentada en el Teatro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), esta pieza retrata la historia de cuatro migrantes que han dejado sus hogares para emprender su propio viaje hacia un destino incierto, huyendo de la devastación ambiental, la falta de empleos dignos o de la violencia en sus comunidades.
Alexander Sánchez, Karla Rosales, René Mendoza y Zuleyma Ortiz en la interpretación, bajo la dirección y coreografía de Nael De Anda, crean un espectáculo lleno de imágenes corporales potencializadoras que logran una serie de escenas donde sus cuerpos se transforman en un máximo ente expresivo a través de la danza contemporánea.
Nenemi crea una atmósfera sonora que incorpora el canto cardenche, un estilo musical que retrata la vida humilde y las emociones más profundas del ser; un canto convertido en el hilo conductor de una experiencia sensorial única, complementada por líneas de movimiento lánguidas y cansadas que representan el caminar por el desierto.
Asimismo, la coreografía incluye movimientos cargados de fuerza y velocidad que simbolizan la urgencia del escape y la lucha por la supervivencia, lo que permite un recorrido emocional que conecta al espectador con la realidad de la migración, despertando no sólo una serie de reflexiones, sino un cúmulo de fuertes emociones frente al complejo fenómeno social.
La evolución de la pieza la llevó de los siete minutos iniciales a transformarse en seis cuadros de 60 minutos que pone a sus personajes en situaciones complejas, exponiendo las razones que los orillan a dejar sus hogares, para después atravesar la selva, viajar en el tren apodado La Bestia, atravesar el desierto y cruzar el muro fronterizo entre México y Estados Unidos para enfrentarse finalmente a la migra.
Este valioso esfuerzo es posible gracias a la Organizadora y Productora de Eventos Multidisciplinarios (OPEM), una asociación civil que este año celebra una década de generar emociones a través de la actuación, la danza y el canto, con un lenguaje incluyente que deviene en la visibilización del entorno social y la narración con movimiento.
En entrevista, De Anda, director artístico y general de OPEM, indicó que este esfuerzo ha sido un proceso de reflexión personal llevado de la mano de Jovani Padilla, juntos decidieron abordar temáticas sociales y sensibles, por lo que tuvieron un acercamiento muy estrecho al tema, a través de talleres, cursos, diplomados y diversos cuestionamientos realizados a personas que se encontraban en tránsito migratorio.
La gestión de este proyecto es posible gracias a Padilla; la coordinación de producción, de Pao López; el diseño de iluminación, de Ángel Miranda y la música original de Alejandro Ávila. El trabajo de fotografía que acompaña la pieza es de Gabriel Colmenares y la labor de relaciones públicas de Daniel Vega.
En 2023 esta obra fue ganadora del Primer Concurso de Creación Coreográfica de Danza de la UNAM y un año después empezó temporada en el Salón de Danza de la UNAM, y actualmente se encuentra becada por el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales de la Secretaría de Cultura en la vertiente México en Escena.
OPEM se encuentra trabajando en tres producciones más: Pásele, Pásele sobre la cultura sonidera y el tianguis; Diarios de habitación que sin diálogos y con lenguaje de señas mexicana aborda el maltrato intrafamiliar, y Limpia con Huevos, sobre las enfermedades crónicas tratadas con medicina tradicional. Estén atentos.
Por Nallely Sánchez Rivas.
Foto: Especial.